Cuando te inicias en esto del sexo tienes las hormonas disparatadas, conoces la teoría de las clases de biología, has visto algo de porno de contrabando (al menos en mi época, si no tenías el plus, debías contar con algún amigo conocedor de los alijos de hermanos y padres donde siempre había pelis de actrices con tangas hasta las axilas y hombres con bigote) y básicamente considerabas que estabas preparada para ese momento trascendental y sobre valorado que vivimos casi todos los seres humanos. Sobre valorado porque ellos quieren ser una copia adolescente de Roco Sifredi y nosotras esperamos un cuento de Disney parecido a 50 Sombras de Grey (que juraría que es de Disney), pasional pero amorosito a partes iguales. La expectativa es mayor que los resultados y ya te has estrenado, pero con ciertas decepciones.

Te has aprendido toda la parte del sexo seguro: El condón como armadura para protegerte de bebés indeseados y enfermedades venéreas o plagas como el SIDA. Aunque alguna vez practicamos en clase cómo poner uno en un plátano, cuando te toca el turno en la vida real nos convertimos en Eduardo Manostijeras y se nos rompen, no quedan bien puestos, lo colocas por el lado que no es y claro, con tremenda torpeza, el plátano pasa de hermosa banana tropical a potito de bebé en un parpadeo…Pero todo eso es mecánica básica, es acostumbrarse a ciertos detalles prácticos, porque el resto es simple…o eso me parecía hace muuucho tiempo.

He tardado años, muuchos años y unas cuantas experiencias para aprender estas lecciones no tan simples que me gustaría compartir. Debo decir son muchas más, pero pienso que resumen muy bien todos estos años y creo que son las que realmente importan.

1. Meter fichas en ranuras es solo la punta del iceberg.

El sexo es una maravilla, un misterio desafiante. Te puedes y te sentirás totalmente diferente con diferentes personas o con la misma persona en diferentes momentos, aunque los mecanismos involucrados sean exactamente los mismos. El mete saca es lo que menos importa.

2. La química sexual no es amor.

Podemos tener buen sexo con alguien al que no amamos y sexo pésimo con alguien con el que hacemos el amor. Vale la pena averiguar si podemos amar a la persona con la que tenemos buen sexo o mejorar el sexo que tenemos con la persona que amamos, pero es importante no confundirse entre los dos.

3. Nuestro cuerpo no es una máquina

Cuando tenemos sexo dentro de una relación, nuestro placer sexual está profundamente relacionado con el nivel de confianza, de seguridad y la conexión que sentimos. Si físicamente o emocionalmente algo duele, molesta, es incómodo o simplemente no te gusta, no lo hagas. Tu cuerpo no es una máquina autómata, es un milagro maravilloso que debemos cuidar y mimar, pero muchas veces debemos ser egoístas, si tu pareja te aprecia y te respeta, no te forzará a hacer nada que no quieras y entenderá tus procesos y tiempos. Si el sexo empieza a desaparecer en una relación, no sólo deberíamos encontrar y practicar algunos trucos nuevos que reaviven la pasión, deberíamos mirar en nosotros y ver qué es lo que sucede realmente.

4. No hay un solo significado para la palabra «polvazo».

«Polvazo» puede significar arrancarle a trozos la ropa a tu amante de pura ansia o puede significar algo dulce, lento, suave, hacer el amor conectados de verdad. Puede significar un rapidito de cinco minutos o varias horas explorando el cuerpo del otro sin siquiera tocarle los genitales. Es realmente personal. En mi caso he experimentado «polvazos» de leyenda que para el otro fueron del montón y viceversa.

5. El sexo genial o el sexo pésimo puede pasar con cualquiera.

Puede sucedernos a  hombres y a mujeres. Puede suceder con las personas a las que amamos y con las que no. Si tenemos sexo «malo» con alguien con quien el sexo ha sido previamente bueno, no hay que entrar en pánico, deberíamos sentir curiosidad sobre lo que ha cambiado, en el interior de nosotros mismos, dentro de ellos, en la relación,…Estamos todos en el mismo saco y muchas veces las expectativas que volcamos sobre el sexo con algunas personas nos lleva directamente a creer que ha sido un sexo pésimo, cuando el problema principal estaba en la altura del listón que le habíamos asignado nosotros.

6. El sexo puede ser un vehículo increíble para aprender sobre nosotros mismos.

Al darnos cuenta de lo que hacemos, automáticamente, y lo que no nos dejamos hacer, incluso cuando realmente queremos, podemos abrir las puertas a un conocimiento sobre nosotros mismos muy valioso, si somos capaces de verlo y tomarlo en cuenta.

7. La comunicación sigue y seguirá siendo la piedra angular en las relaciones sexuales.

A veces podemos tener la suerte de dar con un amante maravilloso que hace las cosas que nos encantan sin apenas decir nada, pero en general, nadie viene aprendido y nuestra satisfacción depende en buena medida de comunicar lo que nos gusta y escuchar los deseos y preferencias de nuestra pareja.

8. No deberíamos preocuparnos tanto de complacer a nuestra pareja.

Si podemos aceptar nuestro cuerpo y nuestras propias experiencias/sentimientos, eso hará que el sexo sea mucho más intenso y profundo para ti y para tu pareja. Dejando de lado cualquier preocupación, el sexo se convierte en algo natural y espontáneo.

9. Si estamos teniendo sexo con alguien y no lo estamos disfrutando, por favor, paremos.

No finjamos. Fingir es una forma de violarnos a nosotros mismos. En vez de eso corramos el riesgo de decirle a nuestro compañero delicadamente que necesitamos tomar un descanso, incluso si no estamos seguros del por qué. Puede sonar como una medida demasiado radical y es cierto que según los niveles de confianza, te sentirás mejor o peor por intentarlo, pero la realidad es que esta parada a tiempo puede abrir opciones mucho más profundas de intimidad.

10. El sexo cambia con el tiempo, tanto dentro de una relación como en nosotros mismos con el paso de los años.

Eso sucede, porque el sexo es algo que está vivo y todo lo que vive cambia con el paso del tiempo. Todos los días deberíamos cultivar una actitud de exploración, curiosidad, interés y descubrimiento sobre lo que el sexo significa para nosotros en el momento presente.

Lo mejor de todo es practicarlo, mucho, todo lo que quieras y puedas, con seguridad y respeto.