Es verdad que si la mona se viste de seda, mona se queda, pero porque la seda no está de moda. Todo sea que guapos de la talla de nuestro adorado Ryan Goslin o James Franco envuelvan esos cuerpazos en ella.

Ten cuidado con estos efectos porque son más peligrosos que los filtros de Instagram.

El efecto barra

No es pura coincidencia que te acabes pillando del tío que te da tu priva más asiduamente. Ponerse detrás de una barra aumenta la simpatía tras cada chupito que te tragas. Al que te suministra tu quitapenas y además las escucha le quieres empotrándote en el baño a la de ya.

 

La pizarra que resalta el color de sus ojos

¿Quién no ha tenido un amor platónico con su profe? A mí los de Filofía y Literatura me volvían loca. El hombre sabio: el mayor baja bragas de la historia. Si consigue motivarte con la asignatura lo demás está todo dado ya que se va a pasar al menos un par de horas siendo el objeto de tu mirada, que en algún momento amichi, te lo prometo, se va a volver más sucia que la lengua de la Veneno.

Gafa-pasta

Si te lo has imaginado en pelota picá restregándose contigo y aún lleva las gafas, my darling, he aquí el potente imán que ha hecho abrirse tus piernas como el mismísimo Mar Muerto. No sé si es el moderneo, la presunción de que lee y es interesante, o que simplemente enmarcan una mirada a la cual de otra manera no la habrías prestado atención; pero los gafa-pastas son sexies-sexies.

classy

Tablas con ruedas, con quillas… pero tablas

Los skates han roto más corazones que huesos desde que se empezaron a conocer allá por los locos años ’60. Si no te has enamorado nunca de un surfero será porque nunca has conocido a ninguno; eso sí, vas a estar en un triángulo amoroso, tú por él y él por el mar. Verlo en su neopreno te va a recordar al superhéroe de tus sueños más húmedos y ese rollo mojado-salado…¡ÑAM!

Los snowboarders, más difíciles de ver, tienen también un rollazo fino.

Para que engañarnos, nos gustan los tíos un poco locos que se lanzan a montaña, mar o asfalto a hacer el cabra.

Uniformes de atracción fatal

A mí me pirran los bomberos, pero he de decir que no me hacía daño alguno pasear por Pontevedra y ver esos marineros con sus trajes blancos, todo muy peliculero, será que me venía a la cabeza Oficial y caballero. Los uniformes ponen, y mucho; incluido los pijamas de enfermeros y doctores. ¡Señoras, un aplauso para todas las fantasías proporcionadas por los uniformes!

fireman

El rincón del pensador

Es entrar en el bar/cafetería/suministrador de líquidos y se te van los ojos directamente a él. El rincón del pensador es donde se sienta uno solo, con la compañía de un buen libro y una bebida. Y ahí está, chorrera al instante; porque no solo es intelectual ( ¡eh tía! Que el chaval lee y eso está en desuso, ¡ah! Y no es el Marca ) sino que sabe estar en un bar solo. Solo. Solo… ¡Mmmm! ¡Solo! ¡Al ataquerr!

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Y ahora confiesa, ¿en cuántos de estos anzuelos has picado?