Todos tenemos un amigo que vive aferrado al refrán de que un clavo saca a otro clavo. Cuando las cosas van mal con su pareja, empieza a buscar jugadores de recambio a los que dejar en el banquillo hasta que se lesione el titular. Así, si lo deja con su churri, puede escoger al ligue que más coba le dé y volver a la casilla de inicio. ¡Sorpresa! A tu amigo le acojona estar solo.

En el fondo, a todos nos asusta el aislamiento. Somos animales sociales y buscamos compañía, ya sea de nuestra familia, de nuestros amigos o de nuestra pareja. Pese a eso, nos gusta disfrutar de algunos momentos de soledad, siempre que esta sea una elección y no una imposición.

Las relaciones parche

Una ruptura es una pérdida y, como tal, hace falta un proceso de duelo para superar la separación, comprender los sentimientos implicados, reordenar nuestros pensamientos, y disfrutar del tiempo con nosotros mismos. El problema es que muchas personas sienten pánico ante la idea de quedarse a solas con el dolor, y se aferran a “relaciones parche” para tapar un vacío.

En primer lugar, el amor no sale de debajo de las piedras. Sí, te puedes enchochar perdidamente de tu último ligue de Tinder, pero a la hora de formar una relación seria hace falta cierta compatibilidad y compromiso, algo de lo que carecen este tipo de noviazgos. Por un lado, la persona que no sabe estar sola comienza la relación por “probar y ver qué pasa”. En el fondo no le termina de llenar, incluso puede seguir teniendo en mente a su ex. Aun así, se aferra a ella porque frena su ansiedad, como si la soledad provocase síndrome de abstinencia y la nueva relación fuese su metadona. No le provoca ni de lejos el mismo subidón que su ex, pero sirve para matar el mono.

Por supuesto, esto no es justo para ninguno de los dos; por un lado, él se está autoengañando, y por el otro, está mintiendo y tratando como un pañuelo de usar y tirar a su actual pareja.

Motivos para aprender a estar solo

  • Nos permite conocernos mejor

El autoconocimiento es la piedra angular de la inteligencia emocional. Creemos que nos conocemos a la perfección y que sabemos todo acerca de nuestros sentimientos, nuestras capacidades, nuestros patrones comportamentales y nuestra forma de pensar, pero casi nunca nos paramos a reflexionar sobre ellos y a la hora de la verdad nuestro autoconocimiento es bastante limitado.

  • Da pie a relaciones más sanas y satisfactorias

Cuando descubrimos quienes somos, aprendemos a identificar nuestras inquietudes, nuestras aptitudes, nuestros defectos y nuestros miedos. Empezamos a entendernos y a valorarnos y, en consecuencia, descubrimos lo que realmente queremos en una pareja. Además, muchas veces la falta de autoconocimiento va de la mano de problemas de autoestima, pudiendo afectar a la dinámica de la pareja.

  • Mejora la resolución de conflictos

A medida que avanza el día, nos vamos sobrecargando con estrés, pequeños conflictos, dudas y problemas, que a veces no nos van ni nos vienen. Por eso es fundamental cerrar los ojos, apartar las cosas que no nos aportan nada y dejar de lado las preocupaciones que nos bloquean. Cuando nuestra mente gana claridad, empezamos a ver los problemas desde otra perspectiva más sana y racional.

Aprender a estar solos es el primer paso para lograr que la compañía se vuelva una cuestión de elección y no de necesidad.

@ManriMandarina