“Tu problema es que idealizas demasiado. ¿Cómo puedes decir que reúno todo lo que buscas si no hemos llegado a vernos ni en persona? Te adelantas a los acontecimientos, buscas y, cuando encuentras algo que puede ser, te obligas a que sea.”

Y ahí se quedó el tío tan pancho. Me lo soltó y desapareció. O casi.

Nacho y yo nos conocimos por la red social de los 140 caracteres. Apareció casualmente de una forma preciosa y muy caballerosa. Cruzamos whatsapps, mensajes de voz, vídeos, fotos, alguna llamada…  casi a diario durante un tiempo. Y, habiendo sido él el que tiró la primera piedra, el que surgió de entre la oscuridad amorosa en la que estaba sumida, fui yo la que cayó. Él no.

Con el tiempo conseguimos hablar sinceramente de aquello que (no) había pasado y, con toda la potestad que te da ser el que ‘puede’, me soltó tal cosa.

Y me hizo pensar. (¡¡Mierda, en verano no se piensa!!) Había acertado.

Hola, me llamo Ana. Aunque en los últimos meses he perdido bastante peso, sigo sin ganar en autoestima. Autoestima y tranquilidad a la hora de buscar.

La mayoría de mis amigas tienen pareja. Y, no sólo eso, algunas ya tienen puesto el anillo de casadas. ¿Y yo? 26 años y subiendo. Subiendo en estrés. ¿Pero dónde carajo estará el mío? Espera, ¿hay mío? ¿Hay para todas? ¿Me quedé dormida el día que asignaron novios molones?

Me niego a pensar que voy buscando. Pero busco. Me niego a reconocer que idealizo. Pero idealizo. Me niego a admitir que estoy necesitada. Pero sí, amigos, tengo unas ganas enormes de que haya alguien que me quiera tanto como yo he querido.

Dicen que los hombres lo huelen. Debe de ser lo único para lo que son especialmente inteligentes. Y que huyen de las que buscan. Tendré que echarme más perfume los sábados.

Lo de ganar en autoestima va en proceso pero, amigos, lo de dejar de buscar, o al menos que no se note… Eso, ¿eso cómo se consigue?

Cachis, me voy, ¡se me queman las verduras!

Autor: Ana García