Ya sabéis que yo soy una sexóloga con mucha pechonalidad, y que al final, aún teniendo días en los que me pegaría cabezazos contra la pared por lo incómodo que resulta tener tantas tetas, otros sin embargo, me gusta hacer de mi peor enemigo mi mejor aliado. Sí, sigo hablando de tetas. Y es que me encanta hablar de ellas. Tetas, tetas, tetas. Que palabra más bonita. Se pueden hacer tantas cosas con ellas. Tocarlas, besarlas, lamerlas, chuparlas, botarlas… ¡incluso cubanas!
¿Cubanas? ¿Qué es eso?
No, no se me ha ido la olla. Una cubana es una práctica sexual cuyo nombre varía dependiendo de la zona o el país. En España, una cubana es una masturbación al pene del hombre realizada con los pechos de la mujer. En Canarias, por ejemplo, a esta práctica se la conoce como ‘hacer una turca’.
¿Cómo se hace una cubana?
1. Prepara tus pechos
Báñalos bien con lubricante. Éste puede ser de base acuosa, de silicona, de sabores o con cualquier efecto especial. Cualquiera va bien, pero ten en cuenta que si luego quieres pasar a la penetración y vais a utilizar condón, es mejor que el lubricante no sea de base oleosa ya que esto puede dañar el tejido del preservativo (látex, normalmente).
2. ¿La talla es lo de menos?
A ver, seamos realistas, cuanta más pechonalidad, mejor. Pero si no eres mujer de pechos generosos, tendrás que poner más énfasis en la técnica para que te salga bien. Esto es así.
3. Empieza a jugar
Coge el pene de tu pareja – y por Dios, cuando digo ‘coge’ me refiero a tomarlo entre tus manos con delicadeza y acercarlo a tus pechos poco a poco, que de momento aún no soy partidaria de arrancar chuchas – . Úntalo con lubricante y masajéalo de arriba abajo con tus manos. Juega con él, acarícialo con tu lengua. Roza su glande con tus pezones, paséalo por tus senos. Haz movimientos circulares con tus manos mientras lo masturbas (como si estuvieras desenroscando algo. Pero recuerda, sin excederte apretando, que no estás echándote ketchup en la hamburguesa).
4. Provoca con la mirada
Ya sabéis, la mirada es esencial en estos casos. Una mirada ‘inocente’ y provocadora a la vez levanta más cosas sin tocarlas que Matilda. No sé si me estoy explicando.
Britney Spears sabe mucho de esto:
5. Ahora viene lo bueno
Es el momento. Introduce su pene entre tus pechos y junta éstos con tus manos para que su miembro no se te escape. Conseguirás generar así mayor presión y fricción con el movimiento.
Ay, amiga mía, ahora viene lo difícil. Te toca moverte. Has de hacerlo de tal forma que su pene vaya rozando todo tu canalillo de arriba a abajo. Sigue presionando tus pechos para que la sensación sea constante.
¿La postura? Una en la que ambos esteis cómodos. No hay pautas para esta parte.
6. Final feliz
Si decidís acabar vuestro momento de pasión aquí, tenemos varias opciones. Puede terminar eyaculando en tus pechos (si habéis hecho la práctica sin preservativo), dentro del preservativo o en la parte del cuerpo que más os guste (con previo acuerdo, por supuesto). En la variedad está el gusto, así que podéis elegir lo que más os guste, siempre con cabeza, ya sabéis.