¿Os acordáis de aquel capítulo de Sexo en Nueva York en el que Berger lo dejaba con Carrie a través de un post-it? ¡Un puto post-it! Hay que ser cabrón. Se acostó con ella la noche anterior, se deslizó entre sus sábanas sin que ella se despertara, se recolocó la pinga en los calzoncillos y con un boli que habría por allí le puso:Lo siento, no puedo. No me odies’. 

Por desgracia, no sólo la estrella de Sex And The City ha pasado por la humillación, decepción e impotencia profunda de ser dejada a través de los métodos más cobardes. Y es que algunos señores (y señoras, que conste) simplemente son incapaces de sentarse a mantener una conversación digna con la persona con la que han compartido fluidos y sentimientos y decirle a la cara ‘mira chata/o, que te dejo’.

Dejar (bien) a una persona es una de las cosas más difíciles por las que puede pasar un ser humano. Estar días, semanas e incluso meses pensando en cómo solucionar lo que sientes, en cómo hacer para recuperar lo que sentías por esa persona, recolectar los pros y los contras y ponerlos en una balanza y, cuando ves que no tiene remedio, tomar la decisión de dejar la relación y decidir de qué forma y con qué palabras hacérselo saber. Ser capaz de afrontar un momento durísimo, en el que verás a alguien a quien quieres tanto derramar lágrimas por ti, verla sufrir y entender que llevará un tiempo largo adaptarse a la nueva situación. Pero hay que hacerlo, HAY QUE ECHARLE HUEVOS. No puedes dejar a una persona…:

– Por Whatsapp. De sobra es conocido por todos y todas el envalentonamiento que nos aporta estar detrás de una pantalla y no ver la cara del/la susodicha/o. Un par de frasecitas, unos emoticonos de lágrima (cuidado con poner el de lágrima+cara triste y no confundir con el de lágrima en la cabeza+sonrisa, porque no es lo mismo, ojo), le metes una bloqueada o quitas la hora de conexión un tiempo y a tomar por culo la bicicleta, ¿que no? Más fácil imposible. NO SEÁIS CABRONES, joder. Que sí, que es muy cómodo y muy fácil decir lo que sentimos por ese método, pero no olvidemos que igualmente fácil es confundir las cosas por Whatsapp al carecer de entonación y lenguaje no verbal. Vale que si ‘sólo’ te la has tirado un par de veces tampoco vamos a hacer de la ruptura un drama, pero hombre, si has compartido un McMenú con él/ella, para mí ya requiere de unos mínimos en el trato. Un respetito, coño, que yo mis papas del McDonald’s no las comparto con cualquiera.

 

– Por Facebook. En el Caralibro ya… hemos visto de todo señores. Gente que no tiene lo que hay que tener para sentarse frente a ti y decirte que ya no te quiere, así que coge y cambia su estatus de Facebook de ‘En una relación’ a ‘soltero/a’, y se queda tan ancho. ¡¡¿¿Hello??!! (It’s me…) ¿Se puede tener más poca vergüenza, colega? También he llegado a ver cómo todos los contactos (INCLUYENDO A LA PROPIA PAREJA AFECTADA) nos enterábamos de la ruptura a través de pequeños y sutiles cambios en el perfil tales como: cambiarse la foto a una en la que sale solo/a, empezar a recibir muchos likes y comentarios de una persona nueva, de forma muy sospechosa… Empezar a publicar frases manidas con la foto de Paulo Coelho al lado tipo ‘Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado’. O de repente ves que empieza a seguir a Walter Riso y le da a me gusta a artículos titulados ‘cómo saber si el amor se ha acabado’. Que se os ve el plumero, copón. Hay gente que se toma muy en serio las notificaciones, así que esta es su forma de notificar al otro que ya no le quiere. MANDA CULLONS.

 

A una tronista tampoco le vamos a pedir más

Por SMS. (Por razones de intimidad, los nombres se han cambiado). Este, además de gilipollas, es vintage, pero al menos se gastó 15 céntimos. Recuerdo aquel día como un día guay entre amigas. Estábamos de copas, medio tajás, y una de ellas estaba felizmente emparejada con un chico que había sido su novio durante tres años. TRES AÑOS. Ella le llamó, la típica llamada de pedo para decirle «guapo te quieeerrrroooouuuuuu» y él no le cogió el teléfono. Al rato le llega un SMS: «Pepi, lo siento, he conocido a otra mujer». Ella no se lo podía creer, como es lógico. Lo llamó 300 veces y el tío nunca le cogió el teléfono. Ni ese día, ni hasta meses después, cuando reapareció diciendo que quería volver con ella. ¿Surrealista, decís?

Por agotamiento, es decir, portándose fatal para que tu pareja se canse y te mande a freír espárragos. Así, sutilmente: ‘Hoy no puedo quedar amor, tengo que dejarme la mascarilla del pelo 8 horas para que me haga efecto’, ‘estoy malo y no quiero pegártelo (y así durante 1 mes)’, ‘se murió mi perro’, ‘hoy quedé con los colegas (y así durante dos meses)’, ‘hoy no me apetece sexo, otro día (y así 4 meses)’, etc. En definitiva, ir poniendo excusas cada vez más gordas para que la otra persona se harte y te mande a tomar por saco. Muy valiente todo, ajá.

Estoy segurísima de que hay mil formas horrendas más de dejar a alguien que no se me han ocurrido/pasado. Y a vosotros, ¿han o habéis cortado de alguna forma realmente chunga y cobarde? ¡Quiero leerlo!