Una de las mejores cosas que puedes hacer en tu vida es salir con alguien  que no es del mismo país que tú. Yo como soy una escritora entregada y quiero fundamentar mis artículos con elementos científicamente comprobados me entregué a los placeres que la Madre África guarda y estuve un par de meses saliendo con un moreno guapo y fuerte…(Mierda, creo que  acabo de babear sobre el teclado..)

1) La comida:

Como buenas gordas, la comida es una de las cosas más ricas y que más placer nos puede dar ( Bueno, eso y Adam Levine) así que salir con un extranjero (apañado y señor de su casa, claro) puede hacer que descubras nuevos horizontes gastronómicos y platos insospechadamente buenos.

2) El sexo:

África está muy bien. Ya me entendéis. Guiño Guiño – ay se me ha metido algo en el ojo, ay ahora- Guiño.  Resulta muy excitante tener sexo con alguien que no es de tu país, ya sea de Estados Unidos, de Italia o de Rusia. El olor es diferente, las costumbres también e incluso sus gemidos suenan diferentes. Además que te diga un par de palabras en su idioma con acento sexy te pone y lo sabes, aunque no entiendas na de na….

3) Ya tienes una excusa para viajar:

A veces puede darte reparo ir a un sitio nuevo porque no conoces a nadie, eres de los que le da miedo viajar o el hotel te sube mucho el presupuesto y la idea de compartir cuarto con 10 compañeros más no te mola nada. Bueno, tener un novio extranjero tiene sus ventajas, y una de ellas es que tienes una casa esperándote en su país de procedencia.

4) El idioma:

No hay mejor manera de aprender un idioma que saliendo con alguien que lo habla. Puede enseñarte un montón de palabras interesantes en su lengua o ayudarte con la pronunciación si ya lo estudias. Además quedas de guay con tus amigos cuando os estéis bebiendo una ronda de chupitos. Mi ha capito?

5) Tu suegra:

Bienvenidas a la panacea de las relaciones, a la tierra prometida, a las rebajas permanentes– vale, quizás eso ya no…- pasen y vean la primera relación en la que no tendrás que aguantar a tu suegra porque voilá, está lejos. Te has librado por los pelos, te podría haber tocado una suegra víbora – o como su nombre científico indica, suegrus viperínae – que suelen ser las más peligrosas de todo el reino suegril. Y una vez que te toca una de esas, no hay escapatoria.

6) Te abre la mente:

Esto quizás es lo más importante – y lo más necesario- dado los tiempos de intransigencia que corren hoy en día. Salir con una persona que no comparte tu cultura, ni tus hábitos o costumbres religiosas puede servirte como experiencia vital. No será fácil – igual que tampoco lo será meterse en esos vaqueros que dicen que son talla 38 y es mentira- pero una vez que lo consigues te sientes la reina del mambo. Salir con un extranjero te enseña a no juzgar a los demás, a comprender lo amplio y bonito que es el mundo, a valorar a aquellos que se atreven a dejarlo todo por perseguir un sueño, incluso si tienen que renunciar al calor de su gente, a lo único conocido.  Porque hay que ser muy valiente para tachar el  imposible. Y piénsalo de esta manera, puedes decir te quiero en dos idiomas.