Estoy aburrida de leer a mujeres que solicitan un empotrador en sus vidas y que lo andan buscando como locas como si del Santo Grial se tratase. Parece que el papel dominante les pertenece exclusivamente a ellos y que a todas y cada una de nosotras nos apasiona la idea de ser la Anastasia del señor Grey. Pues bien, amigos, hoy vengo a contaros la historia del mundo al revés: a mi me fascina empotrar maromos.

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Esta será la típica que le gusta subirse encima y cabalgar‘, estaréis pensando la mayoría. Pero no me refiero precisamente a eso cuando digo que me gusta ser la parte dominante en las relaciones sexuales. Sí, yo también me pongo arriba, azoto y muerdo, pero lo que más me gusta del mundo es sentir el inmensurable placer de ser yo la que les penetra.

Me gusta desencadenar situaciones sexuales en los momentos más inesperados, utilizar mis armas para provocar erecciones en los momentos menos apropiados. Me gusta sentir que tengo el mando y que el que tendrán conmigo será el mejor sexo de sus vidas.

Algunos se asustan cuando descubren la empotradora que llevo dentro, pero los que se dejan llevar salen ganando. Y es que no hace falta tener polla para descubrirle a un chico que en el culo tiene más placer de lo que él imagina. Benditos juguetes y arneses que me permiten convertirme en amazona por un rato y que provocan orgasmos locos en todo aquel que los prueba. Los hay que abren el cajón de mi mesilla de noche y salen huyendo, pero los que se quedan… los que se quedan repiten.

Para convivir con una empotradora hacen falta básicamente dos cosas:

1. Curiosidad infinita. 

Para atreverse, para probar, para gozar sin lamentarse. Para intercambiar roles constantemente e ir descubriendo nuevos límites de la mano.

2. Cero prejuicios. 

Para no rayarse por no cumplir con estereotipos. Para que fluya la libertad con la única intención de aumentar el placer.

No, yo no soy una dulce princesita que quiere que le des lo suyo y lo de su prima. Si te acuestas conmigo voy a decir muchos tacos, voy a tirarte del pelo y probablemente te deje un par de marcas… ¿te atreves?

giphy

Empotradora Anónima