En una relación hay tres momentos decisivos: cuando te das cuenta de que le quieres, cuando estás preparada para decirle que le quieres, y cuando se te escapa y acabas diciendo que le quieres medio pedo.

Podríamos decir que en el mundo hay dos doctrinas, las personas que dicen “te quiero” hasta al repartidor de Seur (he aquí una de ellas) y las que creen que son dos palabras con demasiado significado como para ir regalándolas a diestro y siniestro. Sea como sea, todos y cada uno de nosotros sentimos mariposas en el estómago -o ganas de vomitar- a la hora de decírselo a la persona indicada, porque de formas de querer está el mundo lleno, aunque solo haya un par de palabras para expresarlo.

Se suman los nervios, las expectativas, las dudas, las ganas de hacerlo y el miedo a cagarla. Decir te quiero o no decirlo, esa es la cuestión.

¿Cuándo es buen momento para decir te quiero?

La vida real no es una película, así que no hace falta plantarse en su casa con un montón de pancartas al estilo Love Actually para decirle esas dos palabras. Tampoco puedes pensar “hale, pues ya han pasado dos meses así que va tocando decirlo”, porque no hay una fecha, un lugar o un instante correcto para hacerlo; depende de vuestra situación personal.

Párate a pensar en la relación, en todos los momentos que habéis compartido, y asegúrate de que estás escuchando a tu cabeza y no a tu corazón, que a veces se vuelve un poco locatis con el enchochamiento del principio. ¿Quieres a esa persona o a la idealización que has creado en tu cabeza?

Uno no puede ponerle diques al mar y los sentimientos son los que son, pero al comienzo de las relaciones nuestra dopamina, oxitocina y serotonina están por las nubes. Por eso tranquilízate, no hay ninguna prisa. Si ves que son tus bragas las que hablan, sustituye el “te quiero” por un “me flipa pasar tiempo contigo” o “me gustas mucho”. Así tantearas el terreno y darás algo de margen a tu mente para asegurarse de que los sentimientos son reales.

¿Por qué se lo quieres decir?

Parece una pregunta muy sencilla, pero párate a pensar si tu objetivo es expresar lo que sientes o si solamente quieres recibir un “te quiero” de su parte. Por supuesto, todos queremos ser queridos, pero no bases tu felicidad o tus emociones en lo que la otra persona siente hacia ti, porque ni todo el mundo quiere con la misma facilidad, ni todo el mundo lo expresa de la misma forma.

Si, tras reflexionar, el motivo que te lleva a decir “te quiero” es simplemente compartir tus sentimientos, perfecto, pero existe la posibilidad de que la otra parte no esté preparada para hacer lo mismo o que simplemente no esté segura de sus sentimientos todavía. Dale tiempo y no te lo tomes como algo personal. A lo mejor lo que tu sientes como “amor”, tiene otro nombre para esa persona. Fíjate en sus actos, en que demuestre que le importas, y no en dos palabras que pueden no significar nada.

Entonces, ¿lo digo o no lo digo?

¡Claro que sí! Expresa tus sentimientos, pero reflexiona antes. Hazlo cuando estés preparada para asumir las consecuencias de un “te quiero”. Hazlo porque lo sientes, no para complacer a nadie. Hazlo porque quieres compartir esa parcela de tu corazón con otra persona. Hazlo porque el amor es algo que no debe reprimirse.

Y si al final acaba mal será mejor arrepentirte de haberlo hecho que no quedarte con la duda de lo que podría haber pasado.

@ManriMandarina