Ay qué bonito es el amor y el deseo, que fácil es al principio, todo son besos, caricias, ganas de empotrarnos aquí y ahora, ¡Donde sea! Una y otra vez como animales en celo, esos primeros días-meses- ¿años? Por los que pasan prácticamente todas las relaciones, pero qué pasa cuando esto va desapareciendo, ¡Oh my god! Si hija sí, no podías esperar que esto fuera así para los restos, y claro es aquí cuando viene la crisis más absoluta.

Pues antes de poner el grito en el cielo, preguntaros ¡Por queeee a mí! Vamos a aclarar ciertas fases que se suelen dar en todas las parejas, unas veces antes unas veces después. Entender esto seguramente te ayude a no tirar tu relación por la borda.

1º Fase: El enamoramiento

Bueno esta os suena a todxs: chica conoce a chico o a chica, o chico conoce chico, como lo queráis poner la combinación la elegís vosotros. Al principio todo son nervios, emociones a flor de piel, es decir, que con mirarnos el uno al otro ya nos ponemos perrascas perdidas.

Y entre que nos tomamos un café para conocernos, me cuentas la mala relación que siempre has tenido con tu madre, y que tú mascota Bigotes es un miembro más de tu familia, metéis un poco de ñacañaca. Me explico, en esta primera fase lo que más nos apetece es empotrarnos sin piedad, en el coche (cuando no hay casa), en tu casa, en la mía, en la de tus padres, en la de la yaya… (Pobres yayis si ellas supieran).

Y tu encantada de la vida, porque con que esa persona te mire ya mojas las bragas, te pones  a mil en cero coma y te piensas que toda la vida va a ser igual de intenso ¡aaaaamiga! Eso no va a pasar, siento decirte que esta fase se termina. ¡Y por salud! Si no estaríamos todo el día enganchados y tampoco es plan.

 

2º Fase: Consolidación de la relación

Pues que resulta que con la otra persona a parte de chingar como posesos, también hablas y descubrís que tenéis cosas en común, os gusta estar juntos, habláis durante horas, os entendéis, empezáis a hacer planes de futuro, que si tendremos un perro que se llamará Rocky, que si casa en las afueras, etc.

Nos presentamos a las respectivas familias, nos lo llevamos cuando quedamos con nuestros amigos, en fin lo que podemos “definir” más o menos como una relación (cada uno ya que lo adapte a su variante).

¿Y el sexo?, ayyy el sexo, pues que empieza a cambiar, es decir, nos acomodamos un poquito, ya no lo hacemos a cada rato (porque destroza el aparato recordad) pero aún seguimos teniendo esos encuentros estupendos y maravillosos. Ya lo mismo no aprovechamos cada segundo del día para meternos mano porque sabemos que tarde o temprano lo vamos a hacer o queda más relegado a los sábados. Que ya paso de quedarme despierto hasta las tantas que mañana madrugo, pero aun así la fogosidad sigue presente.

3º Fase “monotonía”

Y lo pongo entre comillas porque esta fase es muy relativa, cuando mi relación ya está bien establecida, ya nos conocemos,  llevamos un tiempo juntos, incluso convivimos o estamos mucho tiempo el uno con el otro es cuando más cuidado hay que tener.

A nivel de relación no tiene por qué ir algo mal, ni mucho menos, es más, puede que sea el mejor momento de la relación. Ya habéis pasando las primeras dificultades de la convivencia, os conocéis más que bien, sabéis manejar las discusiones, etc. todo chachi estupendo.

Pero el sexo es el gran olvidado de esta fase, porque en ocasiones se relega casi a otra dimensión. Ya nos cuesta más encontrar esos momentos para compartir intimidad, la excitación y el deseo ahora nos toca TRABAJARLO y aaayyy maja qué pereza que me da, y claro entramos en un bucle muy peligroso.

Si me dejo llevar por esta vorágine, te digo que vas cuesta abajo y sin frenos. Y que el acostumbrarse y la estabilidad emocional está muy bien, pero la sexual NO. Y que dejar que esta situación se quede así, puede distanciarte bastante de tu pareja.

Puede que después de leer todo esto estés en modo pasota (esto no va conmigo), modo pánico absoluto, modo llanto… antes de que estos estados te dominen, aclarar ciertas cosas. Estas fases son forma de “catalogar” las partes de una relación de una forma MUY GENERALIZADA, es decir, la primera fase se puede alargar en el tiempo durante varios años o terminar en unos meses por ejemplo.

Otro factor a tener en cuenta, es que esto no es una secuencia exacta, es decir no tienes por qué pasar por todas las fases de la misma forma y terminar en la última. Me explico, puedes tener épocas de máxima pasión y otras de mimo máximo donde el sexo cobra otro significado, por eso no hay que agobiarse ante una época de sequía o de menor actividad, ya que si tu relación de pareja va bien, probablemente sea solo una racha.

En cambio un consejo que sí te doy, el deseo y la excitación no van a ser iguales al principio que cuando la relación va avanzando, pero esto no quiere decir que esos niveles de cachondez te hayan abandonado, si no que ahora te los tienes que currar más, ¡Nada más!. Y si piensas que la monotonía se ha apoderado de vuestra parte sexual pues haz algo para darle vida, ya sea juegos de rol, juguetes sexuales, posturas nuevas, ¡Lo que se os ocurra!

Lo importante es entender que las relaciones van cambiando y van pasando por distintos niveles, no solo en el sexo. Lo más importante es que haya comunicación en la pareja y ganas de estar juntos. Si tenéis esos ingredientes, pocas cosas os separaran.

Aida Vallés Psicóloga especializada en sexología y terapia de pareja.

PARA MÁS INFORMACIÓN [email protected]