Esta historia, queridas mías, empieza hace casi un año, a finales del verano de 2016.
Todo comenzó con una barbacoa entre amigos y unas cervecitas en el bar de siempre, donde recientemente había una nueva incorporación, un atractivo camarero, al que denominaremos Brock. Total, que nos quedamos hasta el cierre mi amiga Adela y yo.
A la salida del bar, nuestro atractivo camarero nos pregunta que dónde continuaremos la fiesta y claro, le explicamos dónde iríamos y le invitamos a acompañarnos.
Nos dan las 4 de la mañana con nuestras pintas playeras, cerveza en mano en uno de los mejores locales de la zona cuando llega Brock, que acto seguido se sienta a mi lado y empieza con el coqueteo, chinchando, haciendo cosquillas. Mi amiga se da cuenta de la situación, se despide y me dice al oído -disfrútalo perra-, pero lo que estaba por llegarme ni me lo imaginaba queridas.
Nos tomamos una cerveza más. Achispados y muy animados, nos cierran el local, así que propongo ir a otro local que está muy cerquita y Brock dice con cara de pícaro – nena… mi casa está más cerca-. En mi cabeza empieza la orquesta, las gitanitas del whatsaap bailando… ¡¡¡¡esta noche follo!!!!!
Genial. Nos vamos a su casa y me ofrece más alcohol, nos sentamos en el sofá y en dos segundos estamos uno encima del otro metiéndonos mano,besándonos, y todo lo que podáis imaginar. Con el ambiente caldeado, nos desvestimos en un plis. Brock se pone el preservativo mientras yo me deshago de mi bikini. Me tumba en el sofá y me empotra hasta lo más profundo de mi ser, porque sí chicas, jamás me la habían metido tan adentro. Eso era descomunal, gigantesca, dantesca y todos los sinónimos que podáis imaginar, mis ojos como platos.
Y entonces en mi cabeza se agolpaban las ideas: ¡¡¡Dios mío, al final me hago creyente!!! ¡He descubierto América! Este no lo dejo escapar. Menos mal que estoy caliente como una perra que si no me revienta. ¡¡¡¡Guapa,para un momento,deja de pensar y disfruta!!!!
Y entonces chicas… escucho lo que creo que es un gemido y fin, CUATRO POLLAZOS. No cuatro por decir un número bajo al azar, CUATRO POLLAZOS CONTADOS: UNO, DOS, TRES Y CUATRO, FIN, GAME OVER, se acabó lo que se daba.
Se viste y sale fuera a fumarse un cigarro y yo ahí tirada, con la cabeza dando vueltas pienso en que no me he llevado ni una comida de coño, ni siquiera preguntar si había llegado, que era evidente que no, pero en fin, me habría gustado que al menos me preguntase, decepción total.
Así que me visto, salgo a la puerta de su casa y le digo que me voy. Yo y mi estado de shock, me pide que me quede a dormir… no sé si quería repetir por la mañana o que, pero me negué y emprendí caminito a casa. Son las 6 de la mañana y la señorita se va por donde ha venido sin nadie que la acompañe.
Nada mas salir de allí llamo a Adela que se extraña y digo – tía… 4 pollazos!!!! One two three four!!! que me voy más caliente de lo que vine -, le dio tanta penita que la pobre vino a por mí y me consoló un poquito. ¡Qué haría sin ti, Adela!
Pd: Chicos por favor, si os pasa esto, no pasa nada, no hay problema, no drama, pero bajad al pilón después, porfi.
