Después de esta historia que os voy a contar el chico y yo acabamos repitiendo otro día, aún no sé cómo tuvimos el valor… 

Las primeras veces con un chico suelen ser incómodas, avergonzantes y calientes, muy calientes. Hacía poco que Mr. Empotrador y yo nos habíamos conocido y estábamos en pleno apogeo de conocer los gustos el uno del otro. Creo que fue en nuestra quedada n°2 en la que se me ocurrió preguntarle si le gustaba que le lamiera y chupara los dedos, el puso los ojos en blanco por lo que yo entendí que me daba luz verde, así que a ello me puse con mi pose, mi cara y mis gestos mas sexis (cuando me intento poner sexy es cuando ocurren los mayores desastres).

Cuando aún no había casi ni empezado decidí que lo más impresionante que podía hacer era introducirme sus dedos lo más profundo posible en la boca, haciendo una presentación de mis habilidades extremas para lo que vendría después.

Con la mala suerte de que en el primer intento uno de sus dedos me roza una amígdala y me provoca el peor ataque de tos que he tenido en mucho tiempo. Y ahí estaba yo… Llorando, colorada como un tomate, luchando por sobrevivir y agarrar una bocanada de aire entre tos y tos y el pobre chico venga a mirarme asustado como si me fuera a morir de verdad. 0A3

La única forma de calmar ese ataque de tos tan horroroso fue ponerme a beber agua como si se me fuera la vida en ello (casi que sí), y 20min y un litro de agua después por fin pudimos volver a lo que habíamos dejado abandonado (qué valor tuvo el muchacho).

Cuando ya le estábamos dándole que te pego yo lo único que podía escuchar era el glugluglu del litro de agua que se alojaba en mi estomago. Y 5 min después estaba corriendo al baño, interrumpiendo el folleteo por supuesto… Y 10 min más tarde y de nuevo mas adelante. 

Lo peor fue que cuando conseguimos terminar, acompaño al chico a la puerta y creo que no le di ni un beso de despedida y casi le cierro la puerta en las narices porque tenia que volver corriendo al baño… Cosas de la sobrehidratación. 

Autor: Naoko.