¿Por qué el sólo te quiero como amigo tiene que ser siempre una excusa y no una verdad como un templo? ¿Nunca os habéis planteado que eso puede pasar de verdad? ¿ Por qué cuando nos dejan no intentamos, por un minisegundo, comprender a la otra persona? ( siempre que se haya portado bien y no hayas sido coronada como la nueva mamá de Bambi…eso, eso no tiene perdón). Vamos a ser un poco realistas y a tomarnos el devenir de los acontecimientos con un poquito menos de prozac y una mijita más de sentido común.
No, ya no es lo mismo de antes, no sigo enamorado, ¡gracias! gracias por no hacerme perder el tiempo. ¿Qué mejor que una persona que te ha querido y que es sincera? No rasques más sobre esa relación, te lo esta poniendo en bandeja. Créele si hasta ahora nunca fue un capullo, no te pongas a investigar movidas. Se ha portado bien hasta ahora ¿no? pues ya está. Ciao ciao bambino, un plaser. Coge tus pedazos de corazón, mételos en una bolsita velvet roja y corre. Vete a encontrarte de nuevo, a quererte, a conocer a la nueva Yo que va a resurgir de estas recientes cenizas. Vas a flipar con tu nueva versión actualizada, porque de cada experiencia de éstas sales mejorada, y ¿por qué no?, un poquito más egoísta.
Esa persona no es, necesariamente,  la que mejor va a llevar esta ruptura. Ten en cuenta que de él ha salido la decisión. A ti te ha venido rodado, como un neumático envuelto en llamas procedente de un incendio. Incendio que durante algún tiempo ha estado oculto en el corazón del otro, mientras tú cazabas mariposas y vivías encima de una nube de algodón de azúcar.
En muchos casos has trazado un camino con esa persona, y ahora una mano gigante viene a desbaratarte el plan, como cuando quieres aplanar la arena para hacer un nuevo dibujo. Lo que ocurre es que tú no quieres ese nuevo lienzo en blanco, pero resulta que ahora lo tienes. Aprovecha para escribir una nueva historia, un nuevo guión con nuevas exigencias y nuevas puertas que abrir dentro de tu persona. Plántéate nuevos límites, o simplemente, no tenerlos.
Sí, se pasa muy mal. Y el duelo es necesario, muy necesario.Es imposible superar una ruptura si enseguida te echas a los brazos del primero que pase. Eso es un parche tras otro a una herida que no termina curándose. No digo que no te des tus gustos y alegrías ( eso sí ). Hablo de volverse a enamorar en serio, sin ningún criterio, del primero que te toca las palmas. No entregues la cuchara tan pronto, querida, que tú tienes mucho que ofrecer y es una pena que caiga en saco roto. Las rupturas tienen que servirte para ser más exigente y valorarte cada vez más. La seguridad en una misma arrebata los corazones de los demás, arrolla y enloquece a cualquiera que tenga dos dedos de frente. Hazlo por ti, sólo por ti, pero que sepas que tu manera de pisar a partir de entonces enamorará a muchos.
Y después de todo lo dicho, me atreveré a decir, que hablo con conocimiento de causa. Un día me dejaron de muy buenas maneras y en cuestión de horas dejé mi trabajo, el apartamento que compartía con él, mis amigos, mi vida, mis planes, mi ilusión…todo aparcado en Madrid. Y me monté en un camión de mudanzas con un señor muy simpático a hacer 600 kms hasta la casa de mis padres mientras veía todo como si la película no fuera conmigo. Tardé en asimilarlo todo, pero con las miras puestas en mi nueva vida, cada día era menos oscuro que el anterior. A día de hoy no sé como lo hice, sólo sé que todo se pasa, todo se supera. Nada ni nadie me hizo más fuerte. No, si encima, tendré que agradecérselo…¡Pues si! ¿por qué no?. Gracias por no haberme mareado en excusas, por no hacerme perder el tiempo, y haber contribuido a mi progreso como persona. ¡Hasta nunki!
Margui Ruhe