Todos tenemos un tío que con su magnetismo consigue atraernos a lo más profundo, ya sea lo más profundo de nosotras mismas o lo más profundo del susodicho en cuestión. Sea como sea, son nuestro talón de Aquiles. Basta con que estén a 50 metros, que atisbas por el rabillo del ojo alguien que tenga su mentón para que nuestras bragas se volatilicen.

anigif_enhanced-buzz-28698-1404327431-20

Y da igual que en  Instagram nos hagamos las muy valientes comentado con guiños sus fotitos más hot, si ¿qué pasa? Modernitas mucho y tímidas poco, al menos en las redes…. Porque como somos más chulas que un ocho nos hacemos las dignas cuando finalmente el encuentro es en la vida real, de frente y sin salidas de emergencia. Intentado disimular la tensión sexual en forma de pinchazo que crece en nuestro vientre, con una suave e indiferente sonrisa, que esconde un bonito empotramiento con embestida inclusive de sus partes contra las nuestras en nuestros queridos y anhelantes pensamientos. Está claro que es imposible evitar imaginarnos a ese ser tan aparentemente inaccesible como una especie de pecado con patas, el típico tío que en un fin de semana conseguiría dejarnos el coño en piel de gallina para el resto del mes. Porque no los queremos para boda y niños, no que va. El mundo se equilibra así, follando como unas bestias con hombres de este tipo.tumblr_nx5nyrbiNi1shn04do1_500
Este espécimen de tío es único, creo que en la vida de toda mujer llega a existir uno, dos tirando alto y con esperanza. Pero normalmente uno. El único, el indescriptible, el dios entre los dioses (inalcanzable al fin) porque aún sabiendo que le gustan más las tías que a un niño un chupete el sex appeal que lleva encima apoyado en la barra tomándose una cerveza o fumándose un pitillo como si el mundo no fuera con él, no se lo quita nadie. Y es que ellos lo saben, dentro de su foro interno tienen una especie de cápsula del tiempo con la que consiguen convertirnos en las quinceañeras de hormonas desbaratadas que éramos. Haciendo que nos movamos en la pista de baile cual Shakira para conquistar Alejandro Sanz.

tumblr_ltjexy0ieM1ql6ymc

Son sexys, con una actitud de me la suda todo que debería de estar prohibida por las autoridades vaginales. Con una póker face de manual consiguen a base de seriedad aumentar nuestra curiosidad, eso sí, cuando sonríen podrían dar luz a la parte oscura de la luna. Y tienen ese puntito en la mirada, que activa nuestros sensores sexuales. Nos tientan mirándonos a los ojos desde muy cerquita, y válgame dios que yo no sé si es que nos leen los labios o qué, pero los 20 vistazos por minuto que nos echan a la boca mientras hablan con nosotras derretiría hasta a la monja más siesa. A este tipo de tíos les encanta jugar y la pinta comestible que tienen a hacerlo es aún más suculenta….

tumblr_nktv3xQzZC1rd036vo1_500

Pero eso sí no somos tontas, sabemos que si por alguna remota casualidad nos emparejamos con nuestro dios-yogurt-danone de fresa, lo único para lo que serviría probablemente sería para poblar la tierra, porque por mucho librito de esos que hay ahora en los que te cuentan como la protagonista consigue al hombre de su vida, se casan y sigue siendo igual de inteligente, de perfecto y de follador. Nosotras conocemos la triste realidad, y es que de especial lo único que tienen este tipo de hombres es la imposibilidad que esconden detrás de su apetitoso trasero.

Pero sea como sea (y mientras estén dentro de la sustanciosa prohibición) nunca dejaremos de sentirnos atraídas por esta especie de homo-tío-bueno-sapiens, dentro de toda mujer hay una masoquista en potencia.