Hace mucho mucho tiempo, en un país muy lejano, una princesa dormía desde hacía cientos de años esperando la llegada del príncipe azul que la despertase con un beso de amor verdadero. Pero no os creáis que le princesa perdía el tiempo mientras dormía, no…. la princesa de nuestro cuento estaba más que satisfecha de su condición, y es que había descubierto los orgasmos en sueños.

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Seguro que a muchas os ha pasado alguna vez. A las más afortunadas, entre las que me incluyo, incluso varias (ay, bendito cuerpo humano). Esa sensación de despertar en medio de la noche, sobresaltada, con sonrisa satisfecha y darte cuenta de que te acabas de correr. ¿Cómo me ha pasado esto? ¿Lo he soñado? ¿Me he estado tocando mientras dormía de forma inconsciente?

Dar respuesta a todas las preguntas que se nos vienen a la cabeza cuando se trata de orgasmos en sueños no es tarea sencilla. El último estudio serio al respecto data ni más ni menos que de 1953 (imaginaos cuántísimos orgasmos en sueños habrá tenido la humanidad desde entonces), y calculaba que aproximadamente un 37% de las mujeres entrevistadas habían experimentado esta sensación. Sin embargo, cuando nos fijamos en encuestas más informales hechas por revistas femeninas en la última década, los porcentajes parecen acercarse más hacia el 80%.

¿Cómo se producen estos orgasmos?

Al parecer son producto de nuestra mente, sin que haya estimulación física que entre en juego -es decir, se trata de orgasmos mentales-, y puede estar relacionado con el hecho de que durante la fase REM aumenta el flujo sanguíneo que se dirige hacia nuestros músculos, incluyendo la zona pélvica y facilitando el hecho de alcanzar el clímax a través de la estimulación mental. Estimulación que, al contrario de lo que podríamos asumir, no tiene por qué estar relacionada forzosamente con un sueño erótico: hay mujeres que desarrollan esta experiencia sin ningún tipo de intermediación de un sueño subido de tono.

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¿Cuáles son sus principales causas?

Los orgasmos en sueños, como el resto de sus amigos los orgasmos espontáneos, pueden estar ligados a niveles elevados de estrés y ansiedad en nuestra vida cotidiana, aunque este no sea el único detonante posible. Hay artículos que hablan del nivel de testosterona como factor a tener en cuenta, pero no dan más datos. Respecto a si se producen en función de nuestra actividad sexual del momento, lo cierto es que es fácil encontrar testimonios tanto en un sentido como en otro: mientras algunas mujeres dicen haber empezado a experimentarlos desde que tienen una vida sexual activa en pareja, otras afirman que solo les ocurre cuando llevan mucho tiempo sin sexo, como una especie de sustituto del mismo.

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Por desgracia, la falta de estudios serios al respecto nos hace tener que contestar a la mayoría de preguntas que nos hacemos con anécdotas, testimonios y muy pocos datos, pero parece que podemos afirmar que, en cualquier caso, las princesas Disney estaban probablemente disfrutando de las maravillas de los orgasmos mentales sin necesidad de ningún príncipe que las despertase para, probablemente, fracasar a la hora de encontrar sus clítoris.

¿Y vosotras? ¿Habéis tenido orgasmos en sueños? ¿En qué circunstancias?