No he tenido ninguna relación en mi vida. No me he liado con más de dos chicos. Y sin embargo, hace unos meses que tengo follamigo. Bueno, “follamigo” entre comillas… más bien conocido. Hace un par de semanas se lo conté a una amiga, y se sorprendió muchísimo. También se alegró, claro. Pero 25 minutos después de que se lo explicará, seguía diciendo “estoy alucinando…”.
El caso es que después de que se lo explicase me dijo que ella sería incapaz de tener un follamigo. Que ese tipo de relaciones, al final, acaban mal, porque las chicas acabamos enamorándonos del chico. Ahí fue cuando le respondí que después de nueve meses, yo no me había pillado por él.
Entonces me di cuenta de que hay una fijación estereotipada en la relación de follamigo. Un estereotipo derivado del “un chico y una chica no pueden ser solo amigos” cuya segunda parte es “un chico y una chica no pueden ser solo follamigos” ¿Por qué? Porque la chica acaba enamorándose del chico. ¿Siempre? Bueno, hay dos posibles respuestas:
- El chico se enamora de la chica, pero claro, la chica le corresponde.
- La chica se pilla por el chico pero no es correspondida.
Nunca he oído que el chico se encapriche con la chica y a la chica no le interese lo más mínimo.
Soy la excepción.
Creo que mi relación con este chico empezando justamente al revés. Nos conocimos en el gimnasio, y me gustó. Era atento, observador y amable. Y lo sigue siendo. Quedamos un par de veces, y al final, nos acostamos. En un principio, yo pensé que la cosa se iría poniendo seria…pero no fue así. Él acababa de salir de una relación larga y no tenía ganas de embarcarse en otra. Lo entendí y lo acepte.
Yo me defino como independiente. Me gusta la libertad y no tener ataduras. Esto no quiere decir que no quiera una relación seria y basada en el amor. Pero si una relación en la que cada persona tenga su espacio y no haya esa necesidad tonta de estar todo el día pegados. Me gusta dedicarme tiempo a mí y a mis amigos. Me gusta que respeten mi espacio y mi tiempo. Primero soy yo, y luego los demás.
El caso es que conforme fue pasando el tiempo, a mi dejó de gustarme. Es decir, sé que si hubiera pasando un tiempo y hubiéramos ido en serio, me habría enamorado de él. Pero que él no quisiera una relación seria, fue lo que hizo que esa ilusión fuera apagándose y quedándose en una mera atracción. Me atrae físicamente, pero emocionalmente me siendo decepcionada. Y como persona a la que emocionalmente le atrae el intelecto y los intereses común como base de cualquier relación, ese chico ha dejado de interesarme.
Me atrae físicamente, pero no es mi prioridad.
Ha ocurrido justamente lo contrario a ese manido estereotipo del que todo el mundo me advirtió. Todo el mundo me dijo que podría hacerme daño. Mi prima, mis amigas… Pero nadie se esperaba que fuera yo la que se acabaría cansándome primero de él. Ya no tengo interés en él. No soy una chica dependiente, que busca complacerle y va detrás de él como un perrito faldero, acudiendo siempre que me llama. Ahora me resulta hasta molesto. Porque sinceramente, ha dejado de ser una prioridad en mi vida. Si, cuando me apetece, lo veo, pero no siento la necesidad de estar con él ni de verle todos los días.
Y me pregunto si soy la única chica que le ha pasado algo así. Si soy esa rara excepción que no se ha enamorado de su follamigo. Si ese estereotipo hace honor a la verdad o en realidad hay más chicas con ganas de darle la patada a su follamigo. Porque yo estoy cansada de que me etiqueten como la persona que siempre va a salir malherida de una relación basada en el sexo. Estoy segura de que hay chicos, por ahí, que se han pillado de alguna chica, y esta solo estaba interesada en el sexo. Así que, por favor, fuera estereotipos.
Autor: Cristina P.
