Llegas a una edad donde deberías haber vivido ciertas experiencias, pero a ti no te ha llegado ese momento. Cada vez pasa más tiempo y es entonces es cuando te sientes como si fueras la eterna virgen, la flor que esta por abrir, el tesoro perdido…

Ser virgen no tiene nada de malo, por circunstancias de la vida no perdiste la virginidad y ¿qué?, pero claro, tampoco vas predicándolo  a los cuatro vientos y muchas veces mientes sobre ello, mientes tanto  que hasta a veces tu misma crees que has tenido esas aventuras (ojalá). Tus mejores amigas lo saben y tú has cogido el papel de escuchar y aprender, tienes tanta información que el primer día que hagas una felación el chico pensará que eres una profesional. Luego también obtienes información a través de películas, libros eróticos…

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Sabes lo que dicen que le gusta a los hombres, cómo ponerlos cachondos perdidos, más o menos cuanto te dolerá y qué es lo que pasa después del sexo. Pero no lo has vivido. Realmente a veces sientes que te estás perdiendo algo increíble. Pero pensándolo bien, todas las  personas que conozco que han perdido la virginidad jóvenes, es decir entre los  14-19, no lo cuentan como una experiencia buena, mas bien es traumática o en cualquiera caso, un trámite sin más. Es normal, con esa edad no tienes seguridad, estás perdido, sabes que tienes que tener sexo pero en realidad tu cuerpo no lo pide a gritos.

Cuando te haces adulta , el sexo ya se vive de otra manera, no te da pudor hablar de ello, lo que te apetece lo pides y no te sientes mal por ello. Por eso, ser virgen siendo adulta no es tan malo, sabes muchas cosas que cuando eras joven nadie te explicó, a pesar de que todas tengamos complejos te sientes mucho mas segura con tu cuerpo y por supuesto quieres disfrutar del sexo. Así que si te sientes como la eterna virgen piénsalo de esta manera y no desesperes, que llegará el día que te duela el chumino de tanto chingar. ¡Tiempo al tiempo!

Autor: Nayibe

En las fotos: Denise Bidot