Es una verdad irrefutable: Tengo que haber sido la peor cita de un montón de gente.
Hola amiguitos: me llamo Mariella, tengo 34 años y llevo acumuladas mogollón de malas citas con el sexo opuesto.

Este es el momento en que mi madre salta rauda del sillón, me manda un whatsapp y me dice todo lo maravillosa que soy (¡gracias mamá!), pero soy como soy y no vamos a engañar a nadie. En mi defensa diré que los casi diez años de monogamia que padecí junto a un puñado de hombres arruinaron por completo mis habilidades sociales, volviéndome una completa analfabeta en el arte de afrontar con bravura el horror que es relacionarse con un ser humano nuevo y limpito. Y en mi defensa diré también que no he sido siempre yo el adefesio: he salido con mucho adefesio también. Haciendo el resumen de la hora:

He salido con hombres de lenguas duras y miembros flojos. He salido con hombres que se rascaban los huevos para olerse luego la mano. He salido con hombres que insistieron en pagar la cena con Ticket Restaurant sólo para pedirme mi mitad en metálico. He salido con hombres que no se quitaban los calcetines para follar y he salido con hombres a los que le gustaba follar enteramente vestidos. He salido con hombres que llenaban sus bolsillos de sobrecitos robados de azúcar, edulcorante, ketchup y mayonesa y he salido con hombres que entraban al baño a buscar un condón sólo para salir de él con el «pijama» puesto. He salido con hombres que no comían ni ajo ni cebolla porque fomentaban la lujuria y he salido con hombres que sabían más de mi que yo misma porque me habían googleado hasta las enaguas.  He salido con hombres que me han dejado por no acostarme con ellos en la primera cita y he salido con hombres que me han dejado por acostarme con ellos en la primera cita. Eyaculadores precoces. Hombres que no se corrían jamás. He salido con hombres que gemían como actrices porno y he salido con hombres que han querido hacer de a)mi padre b)mi psiquiatra c)mi hijo d)todas las anteriores.  He salido con hombres con micropenes.  He salido con hombres con macropenas. He salido con tanta gente que ya ni sé. 

cara

Sólo me queda decir dos cosas:
De salir no sé nada,
#marielladignidad.

He tenido citas de las buenas, claro. Hombres que a los veintimuchos me han dado besos en la puerta y me han temblado las piernas como si tuviera diecitantos. Hombres que me han tocado el timbre a las 6am para irnos a desayunar con las calles aún sin poner. Hombres con los que he bailado, feliz, en la cocina: espumadera en mi mano, mi cintura en la suya. Pero a quién vamos a engañar: las citas que mola recordar años después, de cañas con los colegas, son las malas: esas a las que les deseaste lo peor. Porque sirven para reafirmar lo magnífico que eres, lo mucho que mereces y lo bien que te hizo que la cita fuera así de mal.

amigas

Y, para no sentir que estoy sola en el mundo, dime tú, ¿cuál ha sido tu peor cita? Nos vemos en el foro que hemos creado para discutirlo. Prometo contar y exagerar todas las veces en que La Mala Cita fui yo.