Amiga, te acaban de mandar a la mierda. Esto es así.

Probablemente lleves todo el día (si es que no son varios ya) lamentándote y llorando por las esquinas. Contándole a tus amigas lo que te acaba de pasar y recreándote en aquella conversación en la que básicamente te han mandado a tomar por culo probablemente con palabras muy educadas. Te han dicho que no te quieren y a ti se te ha caído el alma a los pies.

La opción de recordar una y otra vez lo que pasó es lícita, la de coger el móvil y releer la conversación porque quieres buscar entre sus palabras un hilo de esperanza también. Ya has visto 653 veces su foto de whatsapp y 849 la primera que os hicisteis juntos. Has llorado, te has cagado en sus muertos y en los tuyos; porque claro, eres una idiota a la que se la han vuelto a liar. La tonta de turno que acaba pillándose y construyendo castillos en el aire.

Muy bien. Todo eso ya lo has hecho y lo has pensado. Entonces, ¿ahora qué? Ahora viene lo complicado. ¿Cómo sobrevivir y no morir en el intento?

  • ¿Realmente le querías tanto? De verdad de la buena. Piénsalo. Duele un poco rascar en los sentimientos pero es que la mitad de las veces somos un poco drama queen y la cosa no era para tanto.
Sobreviviraaaaaaaaaaasssss
  • ¿Se acaba el mundo si él no está? Pues evidentemente no, solo faltaba. Probablemente sientas que sí porque si estás en este punto es porque has sido tan tonta de pensar que tu vida giraba en torno a él y nada más lejos de la realidad. Él podía ser una parte muy bonita de tu vida, pero nunca jamás, puede significarlo todo. Tus amigas, tu curro, tu familia, tus aficiones, tus rutinas… puedes ser feliz sin él. ¿Acaso no lo eras antes?

  • De nada sirve mirar para atrás. Te pueden haber mandado a la mierda por mil razones: porque la hayas cagado, porque te hayas precipitado y él se haya acojonado, porque veías castillos donde solo había arena, porque ha encontrado a otra persona o porque le da la gana. Sea por la razón que sea, de nada te va a servir mirar para atrás. A lo hecho pecho hermana. Solo te queda la opción de mirar al frente y seguir caminando que en esta vida el botón de rewind no funciona.

  • No te quedes parada. Sal a la calle, ponte pelis de las de reír, vete a tomar cañas con tus colegas, ponte con ese proyecto que tanto tiempo llevas dejando para otro día; pero nada de montar un drama de esos que te gustan. No hay mejor cura que la distracción.
  • No actúes por venganza ni por despecho. Por mucho que se te haya pasado por la cabeza follarte a todo quisquirimundi porque ahora es lo que toca, eso no va a solucionar absolutamente nada. Como dice la expresión: quien dijo que un clavo saca a otro clavo, no tiene ni puta idea de carpintería. Así que si piensas que liándote la manta a la cabeza vas a dejar de sentirte como un mojón estás muy confundida. Todo puede ser que acabes hasta las cejas de mierda hermana.
  • Piensa las cosas antes de hacerlas. Probablemente tengas mil millones de cosas que decirle y ninguna tiene pinta de ser bonita, pero piénsatelo dos veces porque eso solamente puede empeorar las cosas y que acabes quedando como una auténtica niñata. Si consideras realmente que es lo que tienes que hacer, adelante; pero que no sean los demonios los que hablen por ti.
  • Puedes borrar sus conversaciones, su número de teléfono, su Facebook y su Instagram pero el recuerdo va a seguir ahí por mucho rastro que quieras eliminar, así que si te sirve de ayuda, hazlo; pero no te agarres a ello como si fuera la solución.
  • No está permitido dejar de sentir. No se vale. Esto no es Crónicas Vampíricas y no vas a anular tu humanidad. Es imposible por mucho que ahora jures y perjures que es la última vez que te vas a pillar así por alguien. Lo vas a volver a hacer porque forma parte de ti, forma parte de tu esencia y eso te hace grande.

  • No eres gilipollas, ni mucho menos. Simplemente has jugado y te ha salido mal pero has disfrutado del camino; y sobretodo, has sido honesta contigo misma. Has dicho lo que pensabas y lo que sentías y eso es de todo, menos de gente gilipollas.
  • Sé feliz. Pero no a pesar de los demás, sino con los demás y sobretodo contigo misma. No esperes nada de nadie. Simplemente disfruta hoy, de tu gente, de tus momentos de soledad y de la vida tan maravillosa que tienes independientemente de lo que te acaba de pasar.
  • Vuélvete a enamorar. De hombres, de mujeres, de personas, de miradas, de caricias, de momentos, de risas y de llantos. Siente muy fuerte. Quizá hayas perdido una batalla pero la guerra aún no ha terminado.

En definitiva, te han mandado a la mierda pero el mundo sigue girando y tú con él, así que como no te quedan más cojones que dar vueltas, hazlo con alegría; probablemente en menos de lo que tú te crees estés bailando nuevas canciones y la desazón de hoy sea simplemente un mal recuerdo del pasado.

Vive amiga, vive pensando en el futuro y avanza.