Eh tú, sí tú, esto va para ti:

Te vas a perder la vida. Te perderás decenas de cafés, de sonrisas compartidas, de noches de cine, de tonterías, de todas esas chorradas que tenemos en común y tanto nos divierten, y de momentos.

Te lo vas a perder todo por inseguridad, por miedo.

Deja de mirar ese móvil, mírame a los ojos. Deja de hablarme sobre el miedo y enfréntate a él.

Deja de criticar algo que no conoces de mí, deja de imaginar cómo puedo ser y conóceme. Olvida tu coraza. No me idealices, no te crees una imagen errónea de mí.

No, no te voy a romper, vengo a quererte, créeme. No soy ni mejor, ni peor que tú. SOY, soy real y necesito vivir en la realidad. Yo también soy insegura, pero no dejes que el miedo devore todo esto que hemos construido.

Y sí, me dan igual todos esos complejos, y odio tu inseguridad que me priva de conocerte.

Mensaje, pelea, mensaje, pelea y reconciliación, ¿nos veremos algún día? Lanzo la pregunta, se te clava como una daga y vuelves a desaparecer, y yo vuelvo a echarte de menos.

Qué mala memoria tengo cuando se trata de ti.

No, cuando te vea en persona no me voy a asustar, ni voy a pensar que estás gordo. Porque no sé si lo sabes, pero hay personas que se enamoran de personas. Y yo soy persona, no soy como tú dices: “gente”. Tus imperfecciones para mí son perfectas.

Y sigues sin creértelo, y me dices que estoy enamorada de algo que hemos inventado a través de una pantalla. Y me dices flipada, loca y enamorada, ¿crees que eso me hace sentir mal?

No, no tienes ni idea de lo que soy, ni de lo que puedo llegar a ser. Es muy fácil decir: eres una tía tal o cual, eres una caprichosa, eres una friki, o eres demasiado intensa. Una loca y una obsesionada, ¿de verdad esos son tus argumentos para hacer que te odie?. Lanza la piedra y esconde la mano, que el cagado en toda esta historia eres tú.

Pero ahora te voy a hablar de la chica que no conoces, ya que parece que tu inseguridad jamás me dejará conocerte a ti. Después de tres años a través de una pantalla de pc y de móvil, creo que algo sabrás ya sobre de mí.

Soy una tía normal, no soy una flipada, ni ninguna creída. Sí, es cierto que he estado con tíos un poco más “distintos”, pero ninguno es mejor que tú.

He tenido conversaciones contigo que jamás he tenido con nadie. Me he abierto a ti, y aún así sigues sin creerte que soy de esa forma. Las apariencias engañan. Y créeme, la sonrisa que me provocas es sólo tuya.

¿De qué tienes miedo?, ¿tienes miedo a enamorarte? ¿Miedo a que nos veamos en persona?

Lo único que me repites una y otra vez es: “me das miedo tía. Me da miedo que no me conozcas”. Joder, a eso se le puede poner solución, ¿sabes?

Y me sueltas: “Es un miedo a todo, a un no ser lo que crees que soy”

¿Crees de verdad que yo no pienso que no te pueda gustar? Joder, ya me tienes tan idealizada que siento miedo. Pero la diferencia entre tú y yo, es que yo no dejo que el miedo me posea.

Sí, puede pasar, cómo que no, puede que no nos gustemos. De hecho no te hablo bajo el enamoramiento adolescente, sino bajo la ansiedad que me provoca no llegar a conocerte.

Será una pena, claro que sí, pero yo seguiré aquí aguantando tus manías, porque son las mías y porque las necesito para ser algo más feliz.

Apaga el móvil. Ven a buscarme, sigo estando en el mismo lugar, esperando a que veas el momento adecuado. Esperando a que te sientas por fin, capaz de enfrentarte a ti mismo. Pero no tardes otros tres años más, no quiero forzarte, no tengas miedo. Soy de carne y hueso, pero ya no puedo más con esta maldita inseguridad que te crean los cuerpos perfectos.

Cuánto daño nos hacemos a veces.

¿Qué importa un cuerpo? ¿qué importa la carne?

Es el tiempo que le hemos dedicado a las personas, lo que las hace verdaderamente importantes para nosotros. Ya lo decía ‘El principito’ de su rosa.

No dejemos que el miedo se coma otro miedo. No dejemos que devore la felicidad que nos espera.

Me he enamorado de un “gordibueno” y no se lo cree. Llevo tres años esperando, tres años demostrando y demasiados días intentando luchar contra su miedo.

Inseguridad: das ASCO.

ANÓNIMO