Hay muchas señales de alarma que indican que una relación es nociva y, aunque desde fuera parezcan muy evidentes, las personas dependientes no suelen saber identificarlas. Es el claro ejemplo de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

La dependencia emocional es un estado psicológico que surge en las relaciones de pareja, familiares o sociales, similar a un enganche hacia la otra persona. Aunque puede quedarse en un hecho puntual, normalmente se trata de un patrón de conducta que se repite constantemente en la dinámica de la relación.

Autoestima y dependencia emocional

Las personas dependientes acaban olvidando su individualidad. La raíz del problema suele ser una baja autoestima y un pobre autoconcepto, ya que dependen de la valoración de los demás, y si su entorno no les reafirma ni les valida, es probable que se sientan infelices e inseguros.

Cuando una persona no se siente bien consigo misma, es decir, cuando no se siente atractiva, inteligente, divertida, interesante, etc., suele sentir que no es lo suficientemente buena para los demás, y en consecuencia sufre un pánico atroz a no encontrar pareja y amigos. Si ella no se quiere, piensa que nadie le va a querer. Si no ve nada bueno en ella, piensa que los demás tampoco lo harán.

Son estas personas las que tienen mayor riesgo de convertirse en dependientes emocionales, y aunque no todas las personas con baja autoestima desarrollan dependencia, si todas las personas dependientes tienen una baja autoestima.

También es habitual encontrarse con dinámicas de sumisión y dominancia en parejas donde uno de ellos es dependiente, y a menudo se acaba rozando el maltrato psicológico. El problema es que es muy complicado salir de ese círculo vicioso y más aun que alguien ajeno a él intervenga, ya que la persona dependiente justifica el comportamiento posesivo y dominante e incluso se siente culpable.

Al fin y al cabo, tras esta conducta se esconde un miedo terrible e irracional al abandono, ya que cuando uno basa toda su autoestima y, a grandes rasgos, su vida en la aprobación de su pareja, el riesgo de perderla supone perderlo todo. Por eso es muy importante realizar una intervención psicológica que rompa esa dinámica, ya que se puede repetir con otras parejas e incluso en el entorno familiar, social y laboral.

Las consecuencias de la dependencia emocional

A nivel psicológico se produce una pérdida de autoestima y de individualidad y mayor riesgo de trastornos de ansiedad y del estado de ánimo. También se pueden producir discusiones con las personas cercanas, ya que cuando el entorno intenta hacerle ver que la relación es dependiente y dañina, reacciona de forma defensiva y atacante. Esto puede dar pie a rupturas con amigos y familiares, lo que aumentará aún más el aislamiento y la sensación de dependencia porque verá en la pareja a su único apoyo.

En el caso de que NO haya conductas de dominancia ni maltrato por parte de la pareja, se puede producir el efecto contrario al deseado, y es que la persona dependiente se aferra tanto a la relación, que al final acaba alejando a su pareja. Si nos centramos en esta “cara B” de la dependencia y pensamos en la otra parte, nos damos cuenta del agobio y de la angustia que supone que tu pareja te exija constantemente muestras de amor, que te pida que le demuestres de todas las formas posibles que es tu prioridad, que controle tu comportamiento y que cambie su forma de ser para adaptarse a ti cuando te gustaba tal y como era.

Cómo superar la dependencia emocional

El primer paso para dejar atrás la dependencia es reconocer que existe un problema. Al fin y al cabo, es una adicción, y si quien la padece no es consciente del problema, jamás buscará ayuda ni le pondrá remedio.

  • Buscar ayuda profesional. Si te encuentras en una situación de dependencia, incluso si no existe dominancia o maltrato, es probable que necesites ayuda psicológica para desengancharte y trabajar en tu autonomía y autoestima.
  • Dejar a la pareja si hay dominancia o maltrato. No hablo solo de los golpes, sino del maltrato psicológico que la sociedad pasa por alto. Si tu pareja se aprovecha de tu dependencia para someterte, será necesario poner fin. Va a costar mucho, pero con la ayuda de tu entorno y de profesionales se puede salir.
  • Ser conscientes del problema. Piensa en todo lo que has llegado a hacer por miedo a alejar a tu pareja. Piensa en quien eras antes y en todo lo que has cambiado para adaptarte a otra persona. Piensa que una relación marcada por la ansiedad y el miedo, no puede acabar bien, y esto es aplicable a tu amor propio, ya que es el que va a durar toda tu vida.
  • Trabajar nuestra autoestima. Jamás deberíamos dejar de mejorar y cuidar nuestra autoestima, pero si no cuentas con las herramientas adecuadas puedes ponerte en manos de un profesional.

La dependencia emocional se puede superar, pero el primer paso es aceptar que existe un problema. No dudes en pedir ayuda y ponerte en contacto con un profesional de la salud mental si te has sentido identificado con lo que has leído.

@ManriMandarina

Imagen destacada de Unsplash editada por mí.