Que no, que no me gustan. Los novios de WhatsApp. Son esos novios que una se echa sin querer, que no te das ni cuenta y de pronto ni sabes desde cuándo te escriben por la mañana desde el curro, te dan las buenas noches, te dicen lo mona que estás en las fotos de Facebook, de esos novios que recuerdan que le dijiste que ibas al dermatólogo, que le dan uso a iconos que nadie utilizó jamás, los de la última página, sí, los de las flechas y los relojitos y los signos del póker… esos novios virtuales que sin embargo nunca hacen nada para quedar en persona.

Sí, amigas, los novios de WhatsApp viven en el País de Nunca Jamás… te los follarás.

El novio por WhasApp te crea adición. Llevas 30 años sin él pero de pronto tu Iphone ya no tiene sentido sin sus mensajes. Tiene el botón cedido de tanto click-click. Te arranca la sonrisa de gilipollas que todos tus compañeros de trabajo ven mientras estás en la reunión de la mañana, te hace que te multen por utilizar «un dispositivo móvil» mientras conduces, te gastan los datos porque a tu habitación de los cojones no llega el wifi y wuasapeas hasta las 4 de la mañana… TODOS LOS DÍAS. Un novio de WhatsApp te acompaña (virtualmente) hasta en las bodas aburridas, te consuela por una pelea con tu jefe y por supuesto te manda fotos guarras.

Pero no, querida, no sabes cómo tiene la polla. Igual es eso, piensas, este tío no quiere quedar porque la tiene pequeña… Es una de las teorías. Hay más: que está liado con otra, que tiene novia, mujer, hijos, perro y casa en la playa. Pero es raro, porque tu novio de WhatsApp no tiene límites horarios. Te escribe a cualquier hora y en cualquier lugar. Coño, para eso es tu novio de WhatsApp, aunque no le hayas oído la voz, o con un poco de suerte sí, porque te mande notas de voz…

Otra teoría es que sea tímido, reservado, mojigato… pero te niegas a que esta sea la verdad, porque ¡ojo! a un novio de WhatsApp lo carga el diablo, porque COMO NO LO CONOCES BIEN EN PERSONA, lo que haces es idealizarlo. Diseñarlo a tu gusto. Entonces es imposible que sea tímido, reservado y mojigato, porque te has hecho una idea de él libre como el viento, y no, imposible, él NO es así. Tu novio de WhatsApp es maravilloso, divertido, bromista, inteligente, cachondo, coqueto, cariñoso, sagaz, ágil, espontáneo… además es guapérrimo, claro, sólo tienes de él la foto de perfil y en esa todos estamos hiperbuenos.Captura de pantalla 2015-07-23 a las 12.42.43

Así que me estoy volviendo loca porque lo conozco tanto que sé que quiere tener hijos, sé todo sobre sus relaciones anteriores, sobre sus padres, vecinos, colegas y gato, sé que ganó un concurso de poesía una vez en el colegio y sé que no le gusta el marisco, pero aún no sé si tiene una malformación testicular, si le huele el aliento, si come haciendo ruido o si le huele el sobaco.

Por tanto, en esa búsqueda de respuestas vitales, un amigo mío el otro día me lo definió perfectamente:

– Es que la gente que hace eso suple así sus necesidades afectivas. Seguramente tú le gustes para “algo más”, no para un polvo. Entonces te mantiene ahí, dándole vueltas a eso de quedar, mientras gana algo de tiempo, porque en cierto modo cree que si quedáis, ya al día siguiente se va a enganchar y te tendrá casi que
pedir matrimonio. Así que mantiene viva contigo esa necesidad afectiva de que haya alguien ahí, al otro lado, compartiendo su día a día y manteniendo una relación pero sin ataduras físicas. Y sí, tal vez se acuesta con otras, pero no les gustan como tú. Está seguro de que tú también estás en su mismo punto y por eso cree que puede mantener eso bastante tiempo.

Yo miré a mi amigo, que mola mucho, pero que últimamente se está poniendo demasiado en modo-tía, ladeé la cabeza y dije:

– Fijo que la tiene pequeña.