Desde bien pequeños, desconocidos de lo que os aguardaba, habéis tenido que crecer sabiendo una cosa: siempre esperaremos que uno de vosotros sea nuestro príncipe azul. La culpa la tiene Disney, por supuesto, y las expectativas e ilusiones que ha creado en nuestro cerebro de niñas. Por suerte para vosotros, no todas las chicas hemos soñado con príncipes azules.

Cuando nos dimos cuenta de que los príncipes azules no existían, creísteis haberos librado. Sin embargo, durante la adolescencia, os tuvisteis que enfrentar al modelo de chico malote que atrae a toda chica. Y creedme, en la mente adolescente de una niña no hay nada más revolucionario que salir con el chico malo.

Pero cuando ya vas olvidando la adolescencia, las chicas cambiamos nuestras expectativas. Sabemos que el príncipe azul es una farsa y que el chico malo solo nos gusta si no es malo de verdad. Lo peor, chicos, es cuando las chicas soñamos con un hombre que nos haga olvidar hasta de nuestro nombre.

Y de esto, ¿sabéis quién tiene la culpa? Los libros. Si, puede que hace cinco o seis años las chicas que leíamos novelas de corte romántico o erótico fuéramos pocas, o lo hiciéramos en secreto y por tanto, no parecía haber exigencias respecto a esto. Pero ahora que el Sr. Grey ha aparecido, no tenemos ningún reparo en decir abiertamente lo que deseamos. Así que pido perdón a todos los futuros chicos que vayan a entrar en mi vida. A aquellos que lo sean en forma de pareja, rollo o lío o solo sexo. Os pido perdón.

Esta ávida lectora os pide perdón. No he leído a Grey, pero leo novelas románticas desde los catorce años. Y no he soñado nunca con príncipes azules. Pero si con alguien que me mire con la promesa de atarme a la cama y no soltarme; con un empotrador que demuestre las ganas que tiene de mi. He soñado con sentir las manos de un chico sobre mí, por todas partes, torturándome y volviéndome loca, sabiendo que no puede apartarse de mí. He imaginado la presión de un cuerpo sobre el mío, sintiendo su dureza sobre mí, provocando un deseo y una excitación anticipada.

Por eso, lo siento. Lo siento porque sé que las historias de los libros son eso, solo historias. Siento que tengáis que enfrentaros continuamente a todos los estereotipos asociados al sexo y al amor. Que tengáis que enfrentaros al ideal del príncipe azul o al highlander escocés de mis novelas románticas o incluso.

Porque vosotros, chicos, tenéis el mismo derecho que las chicas a que una de nosotras de el primer paso. Tenéis el mismo derecho a que os hagamos desear que os quitemos la ropa. A desear que os lancemos una mirada lasciva y llena de promesas. Os merecéis una chica sin complejos, dispuesta a ser la que tome la iniciativa. Os merecéis una mirada sin más expectativas que las que vosotros mismos habéis provocado y no la estúpida ilusión de una chica que ha deseado siempre la llegada de un príncipe azul o un Sr. Grey.

Autor: Cristina P.