Después de tanto tiempo tonteando en la oficina o conversando por Whatsapp o en el chat de Tinder, por fin habéis decidido dar un paso adelante y quedar para una cita. La primera cita es un momento tan esperado y emocionante pero que a la vez nos pone de los nervios y hacer aflorar todas nuestras inseguridades. ¡Calma! Es una primera cita, no el fin del mundo. Por suerte, no sabes si la persona que tienes delante es el hombre con quien te vas a casar o simplemente el próximo polvo-y-adiós.
Así que olvídate de la típica cita de «vamos al cine» porque si no va acompañada de una cena o unas copas posteriores, ¡no vais a hablar nada! Eso sí, el gusto cinematográfico de alguien puede decir bastante de su persona. Pero no es suficiente. Las primeras citas deberían ser un momento divertido en el que empieces a conocer a la otra persona y mostrar también un poco de ti. ¿Y por qué no ser un poco originales ya que estamos?
Excursión al acuario
Si quieres un sitio tranquilo, con poquita luz y con espacio para pasear, encuentra el acuario más cercano y compra dos entradas. ¿Puede haber algo más romántico? Siempre habrá algún tema de conversación: un tiburón, una manta raya, mira el pez payaso… Ideal además para los días de lluvia. Eso sí, ni se os ocurra ir en fin de semana si no queréis ser atacados por hordas de niños con sobredosis de azúcar. Además, si la cosa no sale bien, al menos recordarás que hay muchos peces en el mar (o en un tanque de agua dulce).
Una partida de bolos
A lo mejor eres una crack jugando a los bolos o quizás no tengas ni idea. Sea como sea, pasar una tarde en la bolera con una bebida en la mano, charlando y riendo, nunca puede ser aburrido. Disfruta de la cerveza, el picoteo barato y la emoción del momento. Nada más divertido que picarte con tu posible ligue y tontear durante toda la partida. Tu cita gana puntos si además puede hacer referencias a la película El Gran Lebowski. «This is not Nam. This is bowling. There are rules».
De concierto (o si te atreves, KARAOKE)
Los gustos musicales de un novio o novia en potencia SIEMPRE son importantes. No es un factor determinante, supongo que el electrolatino y el heavy metal pueden convivir en un mismo espacio si hay amor suficiente. Sin embargo, si vuestros gustos musicales coinciden mínimamente vuestros planes pueden ser WOW: conciertos, festivales… Si hay algún concierto que los dos vais a disfrutar como enanos, ¿por qué no convertirlo en una primera cita? O si lo que es gusta es el petardeo y cantar a grito pelado, ¡directos al karaoke! Diversión asegurada.
Afina el gusto en una cata de vinos
Hace poco leíamos en Hello Giggles sobre cómo las parejas que beben juntas permanecen juntas. Así que nos parece una buena idea empezar conociendo sus hábitos de beber. Te encanta el vino (o la cerveza) pues que vuestra primera cita sea una cata, además al terminar la experiencia habréis cogido los dos ese puntito ideal para despojarse de inhibiciones y mostrar los mejor de ti misma. Comed algo antes o la cita puede terminar en drama.
Un picnic… bajo las estrellas
Para una primera cita bajo el firmamento tendréis que alejaros un poco de la ciudad y no tener miedo de la oscuridad. Siempre que pensamos en picnic nos imaginamos un parque, un mantel a cuadros y un día soleado. Bien. Cambiemos día soleado por noche estrellada. Ya lo decía Clementine en «Olvídate de mí», los picnics de noche son diferentes. Romanticismo a tope pero no ideal para una cita a ciegas (¡en una cita a ciegas siempre debes tener un sitio dónde huir si resulta ser un aburrimiento!).
