Hace un tiempo ya escribí un texto sobre que lo quiero todo: que me empotren y que me amen. Me parece que había sido muy clara e incluso hay quien piensa que fui demasiado explícita por decir follar y otras lindezas, ¿a que sí? Pues, por lo visto, aún me quedé corta en explicaciones porque no hay manera… Como Cupido no atina, voy a ver si tengo más suerte con los de Oriente…

 

Queridos Reyes Magos:

Este año he sido buena, buenísima, así que me pido un empotrador –lo primero es lo primero, amichis–, un amante, alguien con quien hacer la compra y las tareas de casa los martes, ir de excursión al monte los sábados y con quien pasar las tardes de domingo.

Alguien con quien no se acabe la conversación, que se encadene un tema tras otro y todo resulte mega interesante sólo porque te interesa esa persona. Con quien descubrir muchas otras cosas que ya hicimos antes pero que ahora serán nuevas otra vez porque las haremos juntos. En la cama, en el sofá, en la cocina, en la dicha y en la ducha, por ejemplo.

 

Quiero conocer a una persona con quien reír en medio de una discusión, a quien mirar a los ojos sin hablar y que le delate esa risilla tonta y nerviosa, contagiosa, a quien callar a besos porque no aguanto más tiempo sin hacerlo y pasar un buen rato como adolescentes. Con quien compartir aficiones comunes y probar las del otro, ¿por qué no?

Y nada de esto es nuevo, nada que no haya pedido ya antes pero, por favor, aclaro: quiero todo esto en una misma persona. Sé que los Reyes Magos sois tres y después de tantos años, entiendo que ya no prestáis tanta atención y no ayuda que de mi casa siempre se haya encargado Baltasar… pero, ¡por dios, trabajad en equipo! ¡No os repartáis el trabajo!

Mientras llega el día, podemos divertirnos pero, en realidad, no quiero varios hombres con los que compartir alguna de estas cosas: lo que quiero es encontrar el «3 en 1». Sé que no soy la única, ¿a que no?