¿Os acordáis de Claire Bennet? Bueno, si no sabéis quién es, os lo comento. Claire Bennet era la animadora de la serie Héroes. Todos decían lo de “Salva a la animadora, salva al mundo” (menos yo, porque me caía fatal). El caso, el súper poder de Claire era la regeneración espontánea. Ya le podía pasar cualquier barbaridad (cortes, disparos, incendios, heridacas…), lo que fuese, que ella se regeneraba y todo quedaba como si no hubiese pasado nada.
Claire curándose sola. No ganaba para limpiar manchas de sangre.
Y me he dado cuenta que yo voy a ser como ella. Porque a mí también se me va a regenerar algo: el himen. No por súper poder. Si no por desuso.
No voy a decir el tiempo que tengo el toto en barbecho para no asustaros pero creo que se me ha activado la revirgenización. Me imagino que una telaraña invisible está haciendo bolillos o amigurumis ahí mismo.
Tengo ganas de mambo del bueno pero nada, estoy aquí que por no pillar no pillo ni resfriados, ponerme bragas majas se ha convertido en un acto de fe y como espárragos sin miedo (una gran ventaja de la soltería).
Es aquí cuando mis amigos empiezan a decirme que no puede ser: “Exageras”, “Estás así porque quieres”, “Puedes tener a quien quieras”, “Lo importante es participar”… Que sí, que gracias por los ánimos, pero así estoy. ¿Por qué? Creo que he encontrado un par de motivos.
El primero, mi bloqueo. Cuando alguien me gusta me quedo en modo avión. Que ni recibo mensajes ni envío. Soy como un gif de mí misma, un bucle constante de estupidez.
Recuerdo cuando quedé con un chico que me encantaba por todos los lados. Yo trataba de disimular mis nervios y mi bloqueo cuando, después de un ataque de verborrea espontánea, el muchacho me miró y me dijo: “¿Sabes que llevas una media hora sin parar de confundir palabras; como pasaporte con la palabra pasatiempo, no?” Entré en bloqueo total, me quedé callada y paralizada en medio del paseo. Ahí estaba en modo avión tratando de mandar mensajes pero sin datos ni Wifi ni nada. Como bien dijo Kiko Rivera: “Así soy yo”. Parda como yo sola e incapaz de dar medio pasito. Como para atreverme a que la cosa avanzara.
La última vez que guiñé un ojo se me quedó un tic durante un rato. Así que no, lanzarme es un asunto que hay ir trabajando poco a poco.
Yo ligando. Maestría.
Y otro de los motivos, y creo que muy importante y fundamental, es que no me entero de cuándo me meten fichas. Ya pueden estar bailando una jota con un “te quiero” escrito en la frente que yo pensaré que “qué simpático es el chico”. ¡No me entero!
El otro día estaba tomando algo con unos amigos y nos pusimos a hablar de esto y de lo otro. Cuando llegó un punto de la conversación, mi querido amigo Marcos me miró y vi que tenía una profunda herida en su frente. Era por las fichas que le habían llegado desde mi historia en las que les hablaba de un muchacho: “Mire, ese chico te está metiendo fichas. Hay que esquivarlas para que no golpeen a los que están a tu alrededor”. ¿Qué qué? ¿Pero cómo lo sabéis? ¿Dónde está la línea que separa la majez y el tiramiento profesional de fichas? ¿Cómo diferenciáis quien quiere tomar un simple café de quien quiere fornicio? ¿Si manda canciones a medianoche y emojis de besicos es porque es amable y punto, no?
Me puse a pensar: ¿tendré algo roto que me impide ver estas cosas? Así que decidí consultar a las Loversizers porque son majas, sabias y expertas.
¡Y no! Resulta que no soy la única que no se entera de estas cosas. Hay más mujeres que, como yo, no ven las supuestas señales. Somos varias (fijo que muchas más) las que no nos enteramos de cuando alguien quiere tikitiki pero no nos decimos nada ni consultamos nada porque, claro, no nos enteramos.
Así que alzo la voz por todas las que no lo pillamos ni con luces de neón parpardeando. Por favor Loversizers, ayudadnos a identificar cuando nos ponen ojitos o sonríen más de la cuenta.
Mi chichi está regeneradísimo y yo con ganas de aprender a descifrar señales (lo de lanzarlas también está en la lista de cosas necesarias).
Espero próximas instrucciones. Muchas gracias.
Fdo.: Yo, portavoz de las mujeres a las que no les llega la cobertura de los mensajes que supuestamente nos mandan.
Imagen destacada: ‘New girl’ (Elizabeth Meriwether Pictures)
