Me considero una mujer muy sexual. Es decir, me gusta el sexo y me gusta sentirme sexy cuando lo practico con mi esposo. Pero he de ser sincera: a veces no es fácil. Cuando pesas más de 80 kilos tienes que olvidarte de ese librito del kamasutra que te regalaron unas amigas cachondas porque, nos guste o no, todo en esta vida tiene sus limitaciones y yo quiero hablaros de las mías.

 Marilyn Monroe (Let's Make Love)

Para las mujeres  rotundas como nosotras, es importante practicar el sexo sintiéndonos seguras de nosotras mismas. Generalmente vivimos acomplejadas por los kilos de más, las lorzas, las super tetas, la celulitis… y cuando nos entregamos a nuestra pareja (o rollo casual) debemos olvidarnos de todo eso y centrarnos en sentir placer, que en eso consiste el sexo básicamente (además de en procrear los que quieran, claro, no me linchéis).

Por eso y para empezar, os desaconsejo encarecidamente que tengáis un espejo en la habitación. Yo tengo uno monísimo de cuerpo entero del Ikea y es una fatalidad porque cada vez que me pongo encima del maromo y me da por girarme, me centro más en meter tripa y erguir la espalda para evitar el efecto teta caída, que en mi pobre marido que está gozando con el plano contrapicado. También odio los hoteles con decoración ochentera que tienen espejos en la cabecera de la cama, ¿por qué? ¿Era necesario llenarlo todo de espejos? ¿Han preguntado a los clientes si se sienten cómodos evitando su propia mirada mientras intentan disfrutar un poco de la vida? Terrible. Espejos para egobloguear sí; para follar no, gracias. 

 

 La modelo de tallas grandes Tara Lynn.

Algo fundamental para sentirnos bien en la cama (o en coche o en el prado o en el baño de un bar) es la postura. Decía al principio que os olvidéis del Kamasutra y no lo digo porque sea una clásica, que no lo soy, lo digo porque prefiero ser práctica. Investigando en Internet he encontrado unas bonitas imágenes del Kamasutra en la revista Ella hoy, donde hacen un resumen de las posturas supuestamente preferidas por las mujeres, y he elegido mis favoritas. Por cómodas y porque con estas posturas ninguno de los dos corre peligro de aplastamiento, esguinces o contracturas cervicales. Porque no considero que el sexo sea un deporte de riesgo aunque se quemen muchas calorías practicándolo.

Yo eso de que me cojan en brazos y hacerlo a pulso, como que no… Pobre hombre, tendinitis o rotura fibrilar al canto. Me gustan las posturas en las que nosotras llevamos la iniciativa.  Nuestros cuerpos son hermosos, la perfección no es sexy, las curvas son sensuales, las caricias, las palabras, la voz, el movimiento, son algo más erótico de lo que creemos. Y eso es lo que potencian estas posturas que he elegido para vosotras. La sexóloga Silvia Sanz me dijo una vez que lo importante en el coito es dejar volar la imaginación y variar los movimientos, circulares, laterales, la profundidad, el ritmo de la penetración, más lento, más rápido. Tu pareja no va a estar mirando ese michelín que tanto te incomoda, sino que va a estar disfrutando todo lo que pueda. Por eso tú también tienes que ser un poco egoísta y olvidarte de tonterías y michelines y pensar en tu propio placer. Toma las riendas del asunto y pon en práctica los ejercicios de las clases de pilates porque ahí arriba la que mandas eres tú (guiño, guiño).

Otra postura que ahora me encanta y que hace tiempo me acomplejaba es, dicho vulgarmente, la del perrito, a cuatro patas, empotramiento o «coito a tergo». Antes solo pensaba en la tripa colgando y el pecho igual, como los badajos de las campanas de la Catedral de Burgos y el culazo en pompa. No podía imaginarme a mi misma así. Pero a día de hoy la verdad es que me da igual. De hecho al tener caderotas es mucho más excitante para él, porque tiene donde agarrarse y eso, queridas, es lo más. Además si la tripa esta colgando significa que la cintura está marcada, ¡hay que pensar en todo! Algo también súper HOT y factible para nosotras es hacerlo sobre una mesa, ¿lo habéis probado alguna vez? Lo único que no sea de Ikea (como el espejo) porque en  medio del clímax puede haber un accidente y no es eso lo que queremos.

 Puedes intentar hacer el amor como si estuvieras en una película porno, pero te aseguro que la naturalidad y ser una misma asumiendo nuestro tamaño, son puntos positivos a la hora de hacerlo bien y disfrutar los dos. Mi consejo es que no fuerces nunca las posturas, solo conseguirás sentirte incómoda y, en ocasiones perder la respiración. Una situación que a priori parece cómica pero es de lo más desagradable. Me lo ha contado una amiga…

 ¿Y tú, con qué postura te quedas?