Ya está bien, ya vale, ya es suficiente. Ha llegado el momento y lo sabes perfectamente.

DEJA DE DARLE LA ATENCIÓN QUE NO SE MERECE

Lo sabes de sobra, no engañas a nadie, ni si quiera a ti misma. Todo te dice que para él no eres tan importante, que no es tanto el caso que te hace, que no son tan bonitas las cosas que te dice, que eres tú la que se está conformando con las sobras, con los restos, con lo que nadie quiere.

No es suficiente que te hagan reír, que no te engañen. No es suficiente con que te escriba cuando te necesita. No es suficiente bailar con él dos canciones en toda la noche. No es suficiente con que te hable. No es suficiente para ti, no tengas miedo de decirlo, es así. No vales tan poco, chica.

Necesitas que te haga reír, por supuesto, pero también que te sepa ver llorar. Necesitas que te necesite, pero también necesitas que te necesite cuando no te necesita. Necesitas que baile contigo tu canción, pero también necesitas bailar aunque no haya música. Necesitas que te hable, que confíe, que comparta, pero también que te escuche, que te entienda, que te conozca. Necesitas ser suficiente para él, pero también necesitas que él sea suficiente para ti.

Dejemos a un lado los tópicos típicos llenos de polvo ‘yo solo necesito a un chico que me haga reír’, ‘yo lo que quiero es sentirme protegida, como en casa’, ‘a mi me gusta que comparta conmigo lo que no comparte con nadie más’. Que sí, que vale, que eso está muy bien, pero troncas, con eso solo no vale.

¿Por qué narices aspiramos a amores de película, a citas de novela, a historias épicas y nos acabamos conformando con medio polvo una noche cualquiera? ¿O por qué si lo que queremos es medio polvo una noche cualquiera no lo hacemos y ya? ¿Por qué pensamos tanto, por qué le damos tantas vueltas a todo, por qué tantas reflexiones, POR QUÉ?

Vamos a hacernos un favor, vamos a tratar de descubrir qué es lo queremos, cuándo lo queremos y por qué lo queremos. Después vamos a relajarnos, a respirar tranquilas y a dejarnos llevar. Vamos a dejar que las cosas vengan cuando tengan que venir, vamos a salir a buscarlas si nos da la gana y si no las encontramos vamos a querernos igual. Vamos a dejar de juzgarnos, vamos a dejar de partirnos por la mitad y hacer que nuestras dos mitades se peleen constantemente. Vamos a parar de exigirnos, de pedirnos, de dar, de regalar, de regalarnos.

Si estás mal contigo, con él, con ella o con quién sea, párate en seco, replantéate si lo que tienes es lo que quieres y toma cartas en el asunto, no te conformes, jamás.

Salir ilesa de una batalla contigo misma cuenta doble.
Cuenta doble porque te atacas y te defiendes, te entiendes y te desacreditas, te hablas y no te escuchas, te sientes y no te crees.
Al final somos sólo una, no dejéis que una mitad valga el doble.
Amad cada pensamiento, por poco sentido que tenga y si os hiere, transformadlo, pero no dejéis de ser menos vosotras por autoimponeros cosas que realmente no creéis.
Dejaos libres, quereos libres, permitíos ser libres.


Sed vosotras y amaos, cada día creo más firmemente que es nuestro cometido en la vida.