Cuando una relación se acaba, por lo general, le sigue una época de tristeza acuciante. Es más, si no estás triste la gente interpreta que no querías a tu pareja o que eres genial ocultando tus sentimientos.

Pero… ¿Y si no es así? ¿Y si llevas ya un tiempo mal con esa persona y cuando cortáis tu cuerpo solamente te pide sonreír? No te digo que te vayas a arrancar por bulerías en medio de la plaza del pueblo, pero puede que simplemente no quieras estar mal y que sientas una liberación de una carga que llevaba tiempo pesando. Escúchame: no pasa absolutamente nada, no tienes que estar triste.

Pero como nuestro cerebro es un enemigo caprichoso, en ese momento suele ser cuando empiezas a plantearte todo lo que le has pasado a esa persona, cosas que le has perdonado “sólo porque era él” y de las que ahora te arrepientes.

STOP. No lo hagas, no te arrepientas, en ese momento era lo que sentías que tenías que hacer y lo hiciste y ahora eso es un aprendizaje que te ha servido para conocerte a ti mejor, conocer tus límites y tus líneas rojas y hacerte crecer como persona.

No pienses que el mundo se acaba, ahora no tienes esa estúpida obligación moral que todos sentimos de tener que excusarte ante tu pareja (culpa de los ideales romántico-posesivos que nos llevan vendiendo desde la cuna).

Es el momento de darte cuenta que tu vida es tuya y tú la conduces. Si consigues esto, tu siguiente relación (llegue cuando llegue) será mucho más sana.

Sal a tomar el sol, a pasear, a ir de compras, a estar con familia y amigos… o a lo que te dé la gana. Puedes hacer planes sin tener que pensar en la disponibilidad de otra persona, puedes acostarte con quien quieras sin reprimirte y vuelves a arreglarte sólo para verte bien tú (cosa que nunca debiste dejar de hacer).

Si tu cuerpo te pide reír, bailar y follar, hazlo sin preocuparte por el qué dirán.

Y recuerda que las personas somos autosuficientes, no necesitamos a una pareja para ser feliz porque cuando mueras, te irás sola al hoyo (y tan ricamente).

Así que, en resumen, vive a tope y disfruta, olvida las cosas tristes y aprende de las experiencias.

Antonio Contreras