Tantos años hablando de sexo en WeLoversize y no habíamos hablado de estos señores. Es justo y necesario, amigas. Proteged vuestros morros de esta peligrosa secta.

Los empujacabezas son estos señores con los que te estás enrollando y todo fantástico. Besico por aquí, metida de mano por ahí, ti-ta plis-plas, cuando de pronto TE COGEN LA CABEZA CON LA FUERZA DE LOS MARES Y LA DIRIGEN DIRECTAMENTE HACIA SU POLLA.

Da igual si os estabais dando el morreo del siglo.
Da igual si te estaba haciendo un dedo fantástico.
DA IGUAL, al señor le apetece que se la chupes y de pronto se ha olvidado que los humanos nos comunicamos con el habla y no tiene mejor idea que empujarte la cabeza con el mayor de los ímpetus,  y tú te sientes como si te estuviesen tratando de meter en una maletica de mano de Ryanair.

Pero no os equivoquéis. Comer rabos ES BIEN. Chupar colas, MMMMMM. Pero ¿que te cojan la cabeza y te obliguen a bajar? SEÑORES POR FAVOR. Y sí, digo obligar, porque algunos lo hacen con una fuerza que parece que llevasen un año haciendo dominadas en el gym con el único objetivo de bajar tu cabeza hacia sus genitales en un rápido movimiento. Yo me pregunto: ¿dónde quedó el clásico «Cómeme el rabo»? A dónde fue a parar el eficiente «Chúpamela»? Llamadme romántica, pero echo de menos esas frases en la cama.

Y es que ya no es sólo eso.

También están los señores que cuando ya estás ahí haciendo un garganta profunda (esos que cuando te preguntan: «¿te gusta mi polla?» tú hablas con la boca llena y respondes «hhhhi») deciden cogerte de las orejas y dirigir todos tus movimientos. Yo es que no sé. No recuerdo JAMÁS haberle cogido la cabeza a un tío y agitarla como si fuese un melón del Mercadona para que me comiese el coño como dios manda. Tío, eso es indigno. «Más arriba», «más abajo», «más rápido» y ya está, máster en cunnilingus señor, y sin tirarte del pelo.

Y además, ADEMÁS, si yo lo hiciese (lo del melón), el tío en cuestión no moriría ahogado porque, claro, mi coño entero cabe en una boca. En cambio un PENE, AMIGOS, no necesariamente. Podemos ahogarnos, señores. Podemos morir. O pueden pasar un montón de cosas horripilantes que empiezan por p y terminan en otar y mire, señor, yo me muero antes de potarle el cimbrel. Que vale que no sois el negro del whatsapp, pero da igual.

STOP EMPUJACABEZAS. Dejadnos comeros el rabo a nuestra velocidad y si acaso dadnos indicaciones. No somos un fleshlight.