Me encanta ver vídeos en YouTube de experimentos sociales, de todo tipo, desde los que se encuentran con su amor de la infancia hasta los que les tapan los ojos a dos desconocidos y les piden que se besen. Me gusta ver cómo la gente reacciona ante ciertos estímulos, cómo se enfrentan a ellos mismos, la lucha del ‘qué debo hacer’ contra el ‘quiero hacerlo y me da igual que haya una cámara delante’.

Pues bien, esta vez me gustaría hablar de un experimento que vi el otro día y que me hizo reflexionar y, por qué negarlo, soltar alguna lagrimilla. Su nombre es ‘Touch me’ (‘Tócame’, en castellano) en el vídeo los voluntarios, dan la espalda a la cámara, detrás de la cual hay una persona guiando todo el proceso. Tras esperar un par de segundos, podemos ver cómo aparece un actor o una actriz porno famosos en España, porque sí, este experimento es Made in Spain.

 

Durante todo el vídeo ves las reacciones de los voluntarios y las voluntarias cuando se giran y se encuentran con un actor porno: sus caras, sus gestos, su instinto más primario saliendo a relucir. Vaya, que vemos de todo. Desde el que se lanza y se le presenta a Julia de Lucía (actriz porno internacional) con un apretón de manos, hasta la que toca el hombro de Nacho Vidal y este le coloca las manos en su miembro.

También nos podemos encontrar con la reacción que, desde mi punto de vista es la más normal y la que muy probablemente yo haría, que es quedarse mirando sorprendido a quien tienes delante. De todas formas, en todo este rollo que estoy soltando hay un protagonista, y es un chico gordo con cara de nerd (con vuestro permiso, voy a evitar eufemismos innecesarios) que se queda mirando para la MILF española Zazel Paradise.

Él se gira y ella le dice, con la voz más sensual que puede, lo mismo que a todos: Tócame. Y él no reacciona. Está frente a ella, con las manos cruzadas delante de su cuerpo y hace un gesto que podría pensar que es de aprobación hacia lo que ve, pero no me queda claro. Lo que sí se ve es que a él le cuesta enfrentarse a lo que tiene delante.

El vídeo está montado con cortes de imágenes que muestran las reacciones de todas las ‘parejas’ del experimento, durante todo el vídeo te olvidas del chico gordo. Para ser sincera mi cabeza pensó: “bah, le tocó las tetas y punto, nada más interesante”, porque vamos, alguna de las imágenes empiezan a subir de tono. Así que si no aparecía, no sería mínimamente llamativo y no lo habrían puesto.

Tras ver mil resoluciones, aparecen nuevamente Zazel Paradise y el chico pero, pese a mis pensamientos, él sigue sin tocarla, por lo que ella le arranca conversación (aunque lo cuente así, apenas aparecen unos segundos).

  • ¿No has tocado nunca un pecho? – dice Zazel.
  • No me han dejado nunca, no he tenido…
  • ¿No te han dejado?
  • No he tenido ocasión – remata el chico, que, aclaremos ya es mayorcito.

Zazel se sorprende y le pregunta de nuevo si realmente está seguro de que nunca ha tenido ocasión a lo que el pobre chico con cara -más bien postura corporal completa- de tímido le confirma con un “seguro”. Pero Zazel está empeñada en que el hombre toque un pecho así que pone las manos en la cintura como buena MILF y, con voz muy clara, le dice: Tócame.

El joven se pone más nervioso si cabe y solo puede balbucear un “ah, vale, bien, perfecto” y con algún que otro aspaviento de manos acaba por ponerlas en el pecho de la actriz. Ambos quedan realizados, ella porque ha conseguido que el joven le tocara, él porque toca un pecho por primera vez. Todos contentos.

Llamadme llorona, pero a mí me ha puesto triste este chico. Y quiero romper una lanza por esos gordi-nerds que viven en el mundo y que, probablemente están en la friendzone desde el momento en que los conocemos. No siempre somos las mujeres con sobrepeso las que lo pasamos mal, pero la sociedad nos vende que los hombres gordos están mejor vistos que las mujeres, y no siempre es cierto.

Alba Villar