Dicen que de todo se aprende. La verdad es que pienso que todo lo que una vive, incluyendo los errores, te llevan hasta el punto en que estás actualmente y te hacen ser ese ser maravilloso de luz que eres ahora. Vaya, lo puto más. Así pues, ¿Tenemos que darles las gracias a todos esos gilipollas con los que hemos salido por convertirnos en las sirenas maravillosas que somos ahora? Pues tampoco nos pasemos. Yo hay alguno que las gracias no es lo que le daría precisamente, más bien un lanzamiento del contenido de una copa en la cara. Así, drama queen total.

Aún así, visto con perspectiva de tener un poco más de luz y de amor propio, voy a enumerar algunas de las perlas de sabiduría que he aprendido con los años, con las hostias y con los gilipollas sentimentales.

  1. Escucha más a tus amigas. Voy a empezar por este porque creo que podría servir para todo. Pero aunque tú no lo veas, aunque quieras justificarlo todo con que a solas es de otra manera, que a ellas sólo les cuentas lo peor pero que también tiene muchas cosas buenas, que no se puede juzgar una relación desde fuera, y mil mierdacas más, ellas lo saben. LO NOTAN, LO PERCIBEN, HUELEN EL MIEDO. Bueno, eso es exagerado, pero lo váis captando. Piensa que tus amigas te conocen, llevan ahí más tiempo que él y, aunque intentes racionalizar todo lo que quieras y no les cuentes de la misa la mitad, saben que tienes un humor diferente y, que andas más o menos cabizbaja. Es que cuando estás con las mariposas y todo es bueno y bonita y viva el amor lo desprendes por los poros y se percibe la felicidad. ¿A que ahí no te han dicho que pases del careto de hormigón que se gasta el amigo? Pues cuando sí que te lo dicen, es por algo. Escúchalas y no le justifiques. Piensa que cuando tú estás en la posición de amiga, antes de decir nada, te lo piensas muy bien. No lo nombras en vano. Pues igual, pero al revés.
  2. No te tragues las mil y una justificaciones absurdas. Si hay mucho que justificar, mal vamos. Eso sí, hay que reconocerles la capacidad inventiva. Que hay algunos a los que algunos días que me pongo a escribir llamaría para que me expliquen de dónde sacan la inspiración. Hay muchas frases o excusas, todas en función de la situación. Si quieres quedar y él no está disponible, si misteriosamene reaparece después de haber llamado a Paco Lobatón, si quieres averiguar después de eones hacia dónde va lo vuestro, si te confunde que estéis dos meses sin veros después que te haya presentado a sus amigos…Pero la mejor con la que me he encontrado y que podría valer para TODAS las ocasiones: “Me has conocido en un momento muy extraño de mi vida”. Bravo, bravo! Ahí encima te deja ver que es un cinéfilo, y un chico misterioso y que es cooooool. Pues tampoco te lo tragues y sal de ahí corriendo que encima haces deporte y nunca está de más.
  3. No dejes que te confundan. Son maestros cocineros que te dan la vuelta a la tortilla que ni Arguiñano. Al final, todo es culpa tuya y de tus neuras, las hormonas y que te gusta mucho un drama. Estás muy segura de algo, quieras pedir explicaciones, estás convencida y sales de la conversión confundida, con sentimiento de culpabilidad y pensando que por qué eres tan dramática y que no era para tanto. Y te pasa constantemente. ¡Eso es que ha usado confundir y ha sido efectivo!
  4. No va a cambiar. No es ese chico dolido al que alguna arpía ha hecho daño y le cuesta abrir su corazón, pero que contigo aprenderá poco a poco que es volver a querer y cambiará seréis felices para siempre y comeréis perdices. No es el solterón de oro que descubrirá el amor contigo pero al que le cuesta darse cuenta y aceptarlo. No es el chico malote e indomable que se pondrá un polo y mocasines y se comprará un monovolumen y una casa a las afueras porque ha sentado la cabeza contigo, aunque le costará un tiempo verlo. No vives en una película y esas cosas no pasan. Si le importas, interesas, preocupas, gustas, whatever: te lo hará saber. Pues como tú harías con cualquier persona. Y ya.
  5. No interpretes lo que dice o lo que hace. No hagas elucubraciones. No asumas que lo que hace o dice son pistas que demuestran lo que le importas. Porque si le importas, te lo demuestra directamente y punto. “Es que hoy estaba de bajona y ha quedado conmigo para que me anime, eso es que le importo, no?”. Puede ser. ¿Lo hace siempre? ¿Se preocupa más allá de ese día? Porque si no es que le apetecía zumbar, probablemente. Que si le importas a alguien lo sabe, te lo demuestra, lo notas. No tienes que sacar pistas de frases misteriosas y gestos de persona medio decente. Si tienes que indagar y pensar en esto y en aquello para intentar entenderle o saber por qué se comporta así: tengo noticias, es un gilipollas. No hay más. Block and Report.

Esto podría servir para ayudaros a todas las que estéis con alguno en estos momentos. Os puede dar un poquito de luz en reconocer comportamientos y alejaros de ellos como del demonio, a poder ser haciendo un moonwalk y santiguandoós (eso les confundirá y evitará que vuelvan a vosotras). Pero no nos engañemos, todas caeremos en el error, ¡Pero pensad que os servirá para aprender! Y que de eso, como de las drogas, también se sale.