Existe un dicho en inglés que dice algo así como «la práctica hace la perfección». Nunca nada fue más apropiado que esta frase para el sexo. Puede ser que las primeras veces (en general o con alguien) no sean el festival de fuegos artificiales que esperabas pero verás que, con práctica, todo mejora. Sin embargo, si en un principio todo cuesta un poco más, no estaría mal no añadir más dificultades al asunto. Suficiente con coordinar los movimientos de dos cuerpos que no se conocen demasiado bien (con sus complejos y sus manías) y que andan un poco descoordinados. Sinceramente, los follodramas solo son divertidos cuando le pasan a otra persona (o cuando los cuentas años y años más tarde, también). Te damos unas ideas de lo que es mejor que NO hagas: cosas que no se deberían hacer nunca (como fingir orgasmos) y cosas que, al menos al principio, no.
No vayas directamente a la kinky stuff
¿Qué es eso de la kinky stuff? Cosas raras en general, vaya. Que sí, que estamos muy emocionados todos con el sadomasoquismo mainstream de 50 Sombras de Grey pero eso no quiere decir que de buenas a primeras saques un látigo o unas pinzas para pezones. Puede que te ponga a mil hacerlo con la regla pero quizás hay cosas que es mejor para la segunda o la tercera cita cuando ya conozcas mejor a la persona en cuestión…
Dejarse los calcetines puestos o el sujetador puesto
A ver. Vale, en serio, que cada uno haga lo que quiera pero… NO, POR FAVOR. Y no estoy hablando de calcetines bonitos y sexis sino de los calcetines de deporte que estarán algo sudaditos y sucios de estar dentro de unos zapatos. Por otro lado: el sujetador. Sí, sé perfectamente que Carrie Bradshaw se pasó 6 temporadas de Sexo en Nueva York follando en sujetador pero eso son solo significa que a Sarah Jessica Parker no le daba la gana enseñar las tetas. Ya que nos ponemos a ello, nos ponemos bien, sin nada de ropa y con los pechos al aire, ¡déjales que disfruten de su libertad, de lametones, de miradas y de caricias! No hay nada de qué avergonzarse (bueno sí, de dejarse los calcetines puestos).
No le aprietes la cabeza mientras te come el coño
¿A ti te gusta que te apriete la cabeza y te meta la polla hasta la nuca? No, ¿verdad? Pues eso. La alternativa a apretarle la cabeza con las manos es casi desnucarlo o hacerle una clave de judo con las piernas. Sabemos que te lo estás pasando de maravilla pero piensa un poquito en la otra persona y en esas arcadas que dan cuando te tocan la campanilla con la chorra.
Las posturas raras mejor ya mañana
Por supuesto, no estoy abogando por practicar el misionero forever ni que te ciñas a misionero-perrito-cowboy pero si una postura te hace perder el equilibrio o necesitas algo parecido a las instrucciones de Ikea para hacerla, mejor déjala para más tarde. Cuando ya haya confi, vuestros cuerpos estén acompasados y no te dé vergüenza caerte desparramada en la cama porque no has apoyado bien el pie, dale una oportunidad al kamasutra si te apetece y la flexibilidad os lo permite.
Decimos no a la oscuridad total
Lo de la oscuridad puede ser divertido un día como juego para experimentar con el tacto y olvidarse de mirarlo todo. Sin embargo, hacerlo siempre a oscuras puede esconder detrás una profunda inseguridad. Como decimos siempre, todos los cuerpos son bellos y están para disfrutarlos. Seguro que quien te quiera como compañera de cama le encantas tal y como eres y tiene ganas de ver, tocar, acariciar y disfrutar con los cinco sentidos.
Animales fuera de la habitación
Es bastante probable que todos tengamos una historia de «el día en el que estábamos en ello y el gato saltó encima de la cama». O te diste cuenta que estaba observando plácidamente desde lo alto de una estantería. CREEPY! Los animalitos mejor fuera de la habitación, quién sabe que traumas podemos llegar a causarles (o ellos a nosotros).
Un poco de buena educación, por favor
No se trata de que pidas por favor que te penetre pero, por lo que más quieras, no cojas el móvil si te llaman, no mires Whatsapp ni eches un vistazo al reloj a ver qué hora es. Es más, si sientes ganas de hacer cualquiera de las anteriores mientras echas un kiki, mejor que te plantees si vale la pena repetirlo porque no parece que te esté emocionando demasiado.
No finjas un orgasmo
En este caso la frase «fake it til you make it» no funciona para nada. La primera afectada a la hora de fingir orgasmos eres tú. No has llegado, ¿y qué? Los orgasmos son lo más pero el sexo va mucho más allá. Por supuesto, querrás tenerlos pero ¿si tu pareja no sabe que no estás llegando, como va a cambiar lo que está haciendo? Se creerá que es el Rey de la Selva y seguirá a lo suyo. Por el bien de todos y principalmente el tuyo, no finjas.
No salgas corriendo después de follar
Dale un par de minutos de arrumacos, de decir «ay que bien» y de daros un beso. Nadie se quiere sentir como un servicio 24 horas. Tampoco hace falta que te duches al minuto de terminar, ¿no? Además, si te esperas un poco incluso podéis meteros juntos en la ducha y eso siempre es bien. Salir corriendo solo es aceptable en casos de ser súper susceptible a las cistitis y que tengas que hacer pis 30 segundos inmediatamente después del revolcón.
