Soy gorda. Soy gorda en plan que si me siento en la orilla del mar más de dos minutos, aparece un equipo completo de Greenpeace a echarme agua por encima. Así que, créeme, sé de lo que hablo. Sé lo que se siente cuando alguien se burla de tu físico. Me he ido muchas veces llorando a casa porque algún gilipollas me ha llamado gorda. Me han rechazado otras tantas por este mismo motivo.

enhanced-buzz-16246-1368214666-3

 

Pero cari, hasta aquí. Basta ya con el autocompadecerse de las gordas. Basta ya de lloriquear por las esquinas y de encerrarse en casa a comer pizza porque un subnormal -que no te hubiese aguantado ni medio polvo- te ha llamado gorda en medio de la discoteca. Si nos vamos a quedar en casa comiendo que sea porque nos flipa la comida, y por eso somos gordas. Gordas gordibuenas, gordas con orgullo. Que estamos de moda, ¡joder! ¡Aprovechemos nuestro momento! No podemos vivir continuamente sufriendo. Aceptar esto ha sido decisivo en mi vida. Aceptar que no tengo por qué gustar a todo el mundo (¡que a mí no me gusta todo el mundo tampoco!) y que tengo mi público. Porque absolutamente todo el mundo tiene su público. Busca el tuyo, que lo tienes, créeme, y prepárate para él.

 

Aprende a quererte. Yo soy gorda, ya lo he dicho pero, ¡oye! que también estoy dura. Y tengo las pestañas largas y el pelo bonito. Y tengo unas tetazas que hasta los jerseys de cuello vuelto me hacen canalillo. Y donde muchos me han rechazado otros tantos me han adorado, así que hazme caso: QUIÉRETE, COÑO. Eres gorda, sí, pero también tienes muchísimas otras virtudes preciosas en tu cuerpo. Sácate partido, ponte más guapa aún. Y prepárate para tu público: te está esperando.

¿Que hay tíos a los que no les gustan las gordas? A mí no me gustan los bajitos. Ni los dientes torcidos. He rechazado a chicos sin conocerles de nada sólo por sus faltas de ortografía en el Whatsapp. No seas hipócrita, tú también tienes tus preferencias, todos las tenemos… ¡y no pasa nada! Asume que no puedes gustarle a todo el mundo, pero a ti misma, a ti sí tienes que gustarte como seas. Y lo que no te guste, cámbialo, nena, que tú puedes. Pero quiérete, joder. Y ya verás que el resto… viene solo.