Muy buenas noches, queridas
Me he decidido de una vez por todas a escribir sobre algo que me lleva sucediendo así como un año. De niña fui algo más grande de la media, de adolescente me desarrollé muy pronto y comencé a recibir burlas e insultos que no sólo iban con mi físico (en un colegio católico, siempre era la que hacía preguntas comprometidas en las asignaturas donde podía crearse controversia… Casi todas, vamos), llegando a llamarme loca, bollera (que no era un insulto, pero sí una mentira), marimacho… En fin, la crueldad típica de la edad del pavo.
Llegué al bachillerato y a la universidad, donde empecé a salir con algunos chicos. Mi primer novio me dejó por gorda, para salir con una chica divina de la muerte de la talla 32. Fue un mazazo emocional para mi, que nunca había sido muy segura de mí misma en lo que a físico se refiere (para rematar la faena, siempre he tenido unos melones desproporcionadamente grandes, lo que daba la sensación de que SIEMPRE estaba gorda, hasta cuando pesaba 65kg).
Después de otra relación nefasta, encontré mi pequeño hueco en el mundo donde soy feliz. Me llena completamente dedicarme a la Educación, he hecho criba en mis amistades de toda la vida, pertenezco a dos asociaciones fantásticas donde ayudo a mi ciudad y a mi sociedad, en casa no tengo más problemas de los que suelen surgir, mi novio es lo mejorcito que he conocido jamás, estoy cursando un máster y no tengo problemas de dinero…
Pero, físicamente, me odio a mi misma.
No todo el rato, pero en los momentos en los que me siento peor no sé cómo salir del hoyo: no me gusta mi cara, ni mi pelo, ni mi cuerpo, ni mi nariz, ni absolutamente nada de mi. Llevo una temporada algo más larga de lo habitual sintiéndome así, no tengo ganas de arreglarme, ni para mi ni para los demás. He llegado a no asistir a clases importantes por sentirme horrenda. He perdido el apetito sexual porque no me imagino cómo mi pareja puede llegar a desear un cuerpo como el mío (sí, lo sé, hay muchas cosas más, pero me doy mucho asco).
La cosa no está en el peso… Más que una chica talla grande me podría considerar lo que much@s llaman una chica «in between», salvo por mis pechugones (talla 95 G). No acabo de encontrar una manera de subirme de una vez por todas la autoestima, miro las fotos de vuestra página y sólo veo bellezones, chicas seguras de sí mismas que dejan marca por donde pasan.
Me está afectando a nivel de pareja y académico además y ya no sé qué hacer. Me gustaría saber qué hacéis vosotras cuando os levantáis un día sin ganas ni fuerzas para miraros al espejo.
Un besazo, ricuras <3