¡Hola a todo el mundo!
Me encuentro en la situación más emocionante y compleja de mi vida. ¡A ello voy!
Tengo 23 años y desde hace 3 trabajo en la misma empresa. Allí, estreché lazos con prácticamente todos mis compañeros, convirtiéndose muchos en amigos con los que quedar fuera del trabajo. Pero con él no. Había un tipo sentado al fondo de la oficina con el que nunca habría pensado que me gustaría intercambiar ni un «Buenos días».
Era un tipo singular. Alto, treintaypocos, no típico guapo, ni fuerte. Andaba raro. Oler no olía muy bien, suda mucho. «machito».
La gente me decía que era «majo», que tenía mucho carácter. Y también que se iba a casar con su novia a la que conoció hacía un año. Cuando llegó a mis oídos la noticia del matrimonio, pensé: «Joder, en serio este se va a casar? Pobrecilla la mujer».
Ese hombre no me habría gustado NUNCA.
Un año y medio más tarde… ¡Es Navidad! ¡Cena de empresa! ¡Vinito por aquí, brindis por allá! Fue la primera vez que intercambiamos palabras (nos tocó sentarnos al lado). Vi que era gracioso. No me cayó tan mal.
Mis funciones en la empresa cambiaron. Ahora trabajaríamos codo con codo. Él ha tenido una hija y yo me he enamorado.
No sé como expresar lo que siento para que lo sintáis como yo y podáis poneros en mi lugar. Siento que nuestras almas nacieron para estar unidas, para convivir. Nos tratamos con un amor tal… interespecial.
Vivimos una situación en la que no es necesario decir lo mucho que nos deseamos, queremos, protegemos… simplemente lo sabemos. Ambas partes. Es algo tan evidente y real, una energía de otro planeta.
Él sigue andando raro y continúa oliendo rancio. Pero amo tan cómo es y cómo me hace sentir que nada más importa. Su mente, su lógica, sus valores, su corazón. Y lo sumamente atractivo que me parece ahora… Me gusta como me mira, la perfecta forma de sus labios me mata, lo sexy de su barbita… cada día pierde más pelo, es mi anti prototipo, pero me tiene loca. El amor.
Un tipo singular.
Es honesto, nunca sería infiel a su mujer ni que podría fin a su matrimonio (sé que no lo había por el hecho de que tienen a una bebé preciosa, es un padrazo). De todas formas, existen más formas de infidelidad que la carnal. Nunca nos hemos besado, pero nos queremos como si vivieramos una relación. Me escribe mensajes con el corazón (y a veces con un poquito de picante).
Fuera de la oficina hemos quedado en alguna ocasión. Nos engloba una atmósfera diferente. Qué química. El mes pasado estuvimos en un concierto, y cómo me susurraba al oído. Me deshago.
Estaría escribiendo sobre él mil lineas más.
Ojalá nos hubiéramos conocido en otra coyuntura… me despido, mientras escucho nuestra canción.