El Vecino: capítulo 3

Inicio Foros Querido Diario Relatos El Vecino: capítulo 3

  • Autor
    Entradas
  • Moetsi
    Participante
    Moetsi on #141620

    El lunes a mediodía, cuando se acercaba la hora de encontrarme con él de nuevo, empecé a ponerme un poco nerviosa, de alguna manera temía que algo hubiese cambiado, que él estuviese diferente, pero nada más lejos de la realidad, llegué a la parada de bus y allí estaba, como siempre, sonriendo y diciendo la misma frase que llevaba escuchando todos los días durante varios meses:

    -Su taxi le espera, señorita. Qué quiere escuchar hoy?

    Subí al coche, elegí una canción como hacía todos los días y el trayecto hasta casa fue de lo más normal.
    Antes de llegar, quiso decirme algo:

    -No sabía cómo ibas a reaccionar hoy al verme, la verdad es que estaba un poco preocupado así que pensé que lo mejor era seguir como siempre, siendo tu y yo, y actuar con normalidad.
    No quiero que nada de lo que pase o deje de pasar entre nosotros cambie eso.

    Me sentí aliviada, y así se lo hice saber, aun sin haberlo hablado, los dos queríamos lo mismo.
    Llegamos al ascensor y aunque esta vez no pasó nada, la conversación si que fue diferente:

    -Que nada haya cambiado entre nosotros no significa que esto no pueda volver a pasar, no voy a contenerme más si un día me apetece besarte. Y no dejaré de esperar que vuelvas a llamar a mi puerta, ya sabes que estoy solo todos los fines de semana, ven cuando quieras.

    Le hubiese arrancado la ropa allí mismo en el ascensor, estaba claro que me atraía de una manera irracional, pero tenía que contenerme, no podía perder el control.
    La semana pasó sin más, y aunque hubo momentos en los que deseé abalanzarme sobre él, conseguí frenar mis impulsos ¡y no era nada fácil!
    El viernes quedé con mis amigas, al fin y al cabo tenía que seguir con mi vida, y ya las había dejado tiradas el fin de semana anterior.
    No quise contarles nada, prefería tener esto solo para mí, no había ataduras de ningún tipo, ni necesidad de explicárselo a nadie.
    Habíamos hecho planes de nuevo para el sábado, salí a cenar con ellas y después nos fuimos al bar de un amigo que celebraba una fiesta.
    Me lo estaba pasando muy bien, pero en varios momentos de la noche no pude evitar pensar en él y fantasear con lo que estaría pasando si en vez de estar en ese bar, estuviese en su casa.
    Eran más de las 4 de la mañana, y decidí enviarle un mensaje.

    -Me pregunto si estaría pasándolo igual de bien ahora si me hubiese quedado contigo.
    No esperaba respuesta, de hecho, pensé que lo leería por la mañana y me respondería con alguna broma sobre las horas a las que había escrito, pero no había pasado ni un minuto cuando recibí su respuesta:
    -Aún estás a tiempo de averiguarlo, las 5 de la mañana es buena hora para dejar una fiesta y los dos sabemos que nadie te espera en casa antes de las 7.
    Tienes 2 horas, y yo estoy despierto, puedo esperarte.

    Tardé menos de 5 minutos en despedirme de toda la gente de la fiesta, cogí un taxi y me fui a casa.
    Le envié un mensaje al llegar al portal, no me parecía muy normal llamar a esas horas al timbre.

    -¿Me abres?

    La puerta se abrió y cuando el ascensor llegó a su planta, allí estaba esperándome.
    Solo llevaba puesto el pantalón del pijama, y pensé que así era mejor, tardaría menos en quitarse la ropa.
    Entré en su casa sin decir nada, no había necesidad, no estaba allí para hablar así que fui directa a su habitación, pero en mitad del pasillo me pidió que parase.

    -Son casi las 5 de la mañana, estarás cansada, y además vienes de una fiesta, hueles a alcohol y a tabaco y aunque me gustas hasta cuando estás así, te necesito bien despierta para lo que va a pasar aquí ahora, que te parece si trasladamos nuestra conversación al cuarto de baño? Si no recuerdo mal, la última vez que tu y yo estuvimos juntos en una bañera, nos fue bastante bien.

    Di la vuelta y entré en el baño mientras iba quitándome los zapatos, pero él se quedó quieto apoyado contra la pared mirándome como si nunca me hubiese visto.
    ¡Cuánto le gustaba retrasar esos momentos! Pero si quería espectáculo, lo iba a tener.
    Tenía una ducha y aunque era amplia, pensé que igual iba a ser un poco incómodo, pero a esas alturas ya me daba todo igual, abrí el grifo y empecé a quitarme la ropa lentamente.
    Entré en la ducha y cuando vi que él se acercaba, cerré la cortina y le pedí que esperase.
    Me enjaboné el cuerpo tranquilamente y me quité todo el maquillaje mientras él refunfuñaba:

    -¿Esto es una venganza por haberte parado antes cuando ibas al dormitorio?

    Abrí la cortina y le pedí que entrase:

    -Solo he hecho lo que me has pedido, ahora ya estoy limpia y espabilada ¿no era eso lo que querías?
    Pues ya lo tienes, ahora te toca a ti demostrarme que puedo pasármelo tan bien contigo como en la fiesta, tienes dos horas.

    No sé si se tomó como un desafío lo que dije o fue por las ganas que nos teníamos el uno al otro, pero aquellas dos horas fueron aun mejores que todas las que antes habíamos pasado juntos.
    Fuimos de la ducha a la cama sin secarnos y las sabanas estaban empapadas de agua, asique antes de irme le ayudé a cambiarlas y me sequé un poco el pelo, no podía presentarme en casa así.
    Nos despedimos hasta el lunes a mediodía, como siempre.
    El domingo yo tenía planes con la familia, y además tampoco podía pasarme allí todo el fin de semana de nuevo.
    Una vez más salí de esa casa sin arrepentirme ni un poquito de haber abandonado esa fiesta.
    El lunes volvimos a nuestra rutina de canciones y charlas de camino a casa durante toda la semana.
    El viernes me preguntó qué planes tenía para el fin de semana, y le conté que al día siguiente
    tenía que hacer turno doble en el trabajo, una compañera me pidió sustituirla asique saldría tarde y no tenía pensado hacer nada, después de tantas horas de trabajo estaría demasiado cansada como para irme de fiesta toda la noche.
    El me contó que había quedado con sus primos para tomar algo y si la cosa se alargaba, saldrían a tomar unas copas.

    -¿Para una vez que salgo, y no voy a encontrarme contigo? Hubiese estado bien verte en otro sitio que no fuera mi coche.
    -O tu cama
    -O mi ducha.

    Los dos nos reímos y nos despedimos hasta el lunes.
    Yo trabajaba en un centro comercial, salía a las 10 de la noche, pero el centro seguía abierto porque además de tiendas, había cine, una bolera, y bares.
    La tarde pasó bastante más rápida de lo que esperaba, habíamos tenido mucho trabajo, pero estando ocupada, tantas horas seguidas se llevaban mucho mejor.
    Estaba con mi compañera bajando la trapa de la tienda cuando de pronto escuché:

    -¡Hola vecina! ¿Sales ahora de trabajar?

    Allí estaba, con sus 5 primos todos mirándome mientras yo intentaba actuar de la manera más normal que me fue posible.

    -Sí, ya estamos cerrando.
    -Estoy con mis primos, hemos salido a tomar algo y ellos han quedado con unos amigos para cenar por aquí dentro de media hora, si vas a casa, quédate a tomar algo con nosotros y te llevo, que yo también me voy a ir ya.

    La verdad es que me daba un poco de apuro, pero accedí.
    Aunque estaba cansada, me apetecía tomar algo y relajarme un ratito después de todo un día de trabajo.
    Me presentó a todos sus primos y eran muy simpáticos, me hicieron sentir muy cómoda, a pesar de lo raro de la situación. Estuvimos con ellos unos 20 minutos y después se despidieron, ellos se iban al restaurante y nosotros fuimos de camino al parking.

    -Al final he tenido suerte, nos hemos encontrado.
    -Sí, menuda casualidad, de todos los sitios donde podías ir, habeis terminado en el centro comercial donde yo trabajo.
    -No ha sido casualidad exactamente ¿se ha notado mucho?
    -6 chicos en la segunda planta, solo hay tiendas de ropa y están todas cerrando y ¿se supone que vais a tomar algo, cuando todo el mundo sabe que los bares están en la planta baja? Es lo más normal – dije con ironía.
    -No todo ha sido premeditado. Es cierto que hemos venido aquí porque han quedado con más gente, uno de sus amigos se va a vivir fuera, y le habían organizado una cena de despedida y aunque me invitaron a quedarme, no conozco a ninguno de sus amigos y no me apetecía mucho. Pero ya que estaba aquí y sabía que tu también, aproveché la ocasión.
    La semana que viene es el cumpleaños de mi hermana mayor, así que con esa excusa, subí a mirar escaparates, por si encontraba algo que me gustase y mira, te encontré a ti.
    -A mi no puedes regalarme.
    -Tú eres un regalo, pero para mí.

    Entramos en el coche y mientras íbamos a casa, me propuso algo:

    -¿Te apetece cenar conmigo?
    -Estoy muerta de hambre, pero también estoy cansada, lo único que me apetece es tirarme en el sofá a ver una peli y acostarme pronto.
    -Podemos coger algo en el camino y cenar en mi casa.
    -Cualquier otro día no me negaría, pero de verdad que estoy cansada, y los dos sabemos que cuando voy a tu casa no es para ver la tele.
    -No te estoy proponiendo una noche de sexo, te estoy invitando a cenar.
    Cenamos, y te vas a casa. Y si te apetece quedarte un rato más, vemos una peli, solo será eso.
    Sé que entre nosotros no hay compromiso de ningún tipo, pero eso no significa que solo nos veamos para acostarnos, somos vecinos. Y amigos ¿no? Sin ataduras, como acordamos, pero no me apetece estar solo hoy y tú eres una buena compañía, me gusta estar contigo, me gusta que hablemos.
    Anda, llama a casa, di que vas a cenar con unas amigas y que volverás pronto. Compramos algo para cenar y subimos por el garaje. Prometo portarme bien.

    Me convenció, no podía negarme después de aquel discurso.
    Mientras cenábamos me contó muchas cosas, habló de su familia, de su trabajo, de sus amigos,… nos reímos un montón con las historias que me contaba y me sentí muy a gusto estando así con él, me encantaba escucharle.
    Era algo nuevo para los dos, hasta ahora fuera de los trayectos en coche, nuestros encuentros se habían limitado al sexo, pero en ningún momento nos sentimos incómodos o perdidos sin saber qué hacer ni qué decir.
    Me quedé un ratito más después de cenar, pusimos la tele y había una peli asique nos sentamos en el sofá y empezamos a verla, pero era un auténtico rollo asique la quitamos y decidimos hacer algo que los dos sabíamos que nos iba a gustar mucho mas, escuchar música.
    Buscamos canciones que el otro no hubiese escuchado antes y estuvimos asi mas de una hora, pero llegó un momento en que el cansancio me podía, no paraba de bostezar y al final decidí que lo mejor era marcharme a casa, eran casi las 2 de la mañana.
    Recogimos la mesa y me acompañó hasta la puerta.

    -¿No ha estado tan mal verdad? Hasta podríamos repetirlo.
    -Sí, estoy de acuerdo. Siempre que vengo a tu casa me lo paso bien, de una forma o de otra, así que… tendré que volver.
    – Prometí portarme bien y he cumplido, pero ya sabes que contigo hay cosas que no puedo evitar, y no voy a dejar que te marches sin besarte al menos.

    Se acercó un poco más y me besó, al principio de manera suave y calmada, pero la intensidad fue aumentando poco a poco, sus manos recorrían mi cuerpo, acercándome cada vez más a él.
    Fue un beso largo y apasionado, nos costaba mucho separarnos y tuvimos que hacer un gran esfuerzo por parar aquello.

    -Lárgate de mi casa si no quieres que rompa la promesa que te hice. Me provocas ¿cómo voy a portarme bien si me besas así?
    -¡Pero si has sido tú! La próxima vez no empieces algo que sabes que no puedes terminar.

    En ese momento vi su cara, no podía parar de reir, tuve que irme casi corriendo.
    Si tardo un minuto más, no hubiese salido de allí en toda la noche.
    Me encantaba ese juego que teníamos, en realidad nos encantaba a los dos.
    Nos gustaba provocarnos, era excitante y lo hacía todo mucho más divertido.
    Entré en casa y me fui directa a ponerme el pijama y mientras me cambiaba de ropa recibí un mensaje:

    -La próxima vez no escapas. Ven preparada, porque voy a empezar muchas cosas contigo, y pienso terminarlas todas.Es una promesa.

    Sonriendo mientras recordaba esa noche y soñando con lo que pasaría en nuestro siguiente encuentro, me fui a dormir.

    Responder
    Lydia
    Invitado
    Lydia on #141624

    Enganchadísima es poco!!! Sigue subiendo más capítulos por favor ❤

    Responder
    Marsoñadora
    Invitado
    Marsoñadora on #141625

    Me encanta!!! Quiero más capítulos!

    Responder
    Ladychic
    Invitado
    Ladychic on #141669

    me encanta!!!estoy enganchadísima! queremos nuevo capítuloooo

    Responder
    Pat
    Invitado
    Pat on #141684

    Son geniales, ¡gracias!pero sigue la historia xfisssss

    Responder
    Sara
    Invitado
    Sara on #141725

    Yo sólo digo que llevo toda la mañana actualizando la sección de relatos para ver si esta ya el capítulo 4 ????????????

    Responder
    TAMARA
    Invitado
    TAMARA on #141729

    Necesito saber como continua, estoy super enganchadisima. Enhorabuena por el relato.

    Responder
    Moetsi
    Participante
    Moetsi on #141735

    Muchísimas gracias por leerme!! Solo os pido un poquito de paciencia porque voy subiendo capítulos a medida que los termino, a ver si esta noche puedo poner otro ;)

    Responder
    Lady Miautito
    Participante
    Lady Miautito on #141843

    otro otro otro

    Responder
    Brujilla
    Invitado
    Brujilla on #141873

    Buenas!!!
    Es la primera vez que me decido a escribir por aquí
    No pueden gustarme más tus relatos,eres una fenomena ????
    Me tienes enganchadísima y me encantaría saber si son reales porque son dignos de un libro de verdad
    Enhorabuena ????

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 10 entradas - de la 1 a la 10 (de un total de 18)
Respuesta a: Responder #141625 en El Vecino: capítulo 3
Tu información: