Hoy he visto el vídeo de la noticia sobre la manifestación que HazteOír convocó para ayer, día 12. He podido observar y escuchar cómo aquellas personas pedían, y piden, libertad de expresión y no adoctrinamiento en las aulas en cuanto a, como ellos llaman, la ideología de género; también he escuchado con estupor a una «señora», si se la puede llamar así, decir lo siguiente: «yo no mando a mi hijo al colegio a que lo eduque un homosexual o una lesbiana, que es que yo quiero educar a mi hijo en la manera como yo pienso; lo que ellos están transmitiendo es una ideología».
En el mismo vídeo también aparecen tres chicas que afirman que «los profesores tienen que educar en matemáticas, lengua, sociales…; en la moral, a mi hijo lo educo yo»
Bien.
Todo este asunto, desde que apareció el primer autobús, hace que me hierva la sangre tanto que tengo que soltarlo en algún sitio:
Me ofende como maestra. ¿De verdad pensáis que la acción educativa de un profesor se va a ver afectada por su orientación y/o identidad sexual? La educación es la ayuda, la guía que todos necesitamos para poder desenvolvernos en el mundo de manera autónoma. Los maestros somos una de las muchas manos que acercan el conocimiento a las mentes jovénes.
No podéis, repito, NO PODÉIS, poner en tela de juicio la profesionalidad de una persona por su orientación e identidad sexual. ¿Cambiaríais a vuestros hijos de colegio si llegara a vuestro conocimiento que sus tutores son homosexuales, bisexuales o transgénero? ¿Aunque vuestros hijos estuvieran ‘supercontentos’ con su profe? ¿Incluso si la metodología que utilizase el docente fuese estupenda?
Esto hace que me pregunte si de verdad os importa la educación y formación de vuestros hijos en todas sus dimensiones.
¿Qué clase de moralidad vais a enseñar a vuestros hijos, si vosotros sois los primeros en faltar el respeto a miles de personas? ¿Pensáis que en el colegio se van a fomentar actitudes de respeto si en otros ámbitos les inculcáis la homofobia, transfobia, etcétera? Lo único que vais a conseguir es que haya más acoso: el mismo contra el que se intenta luchar, ese que se ha cobrado tantas vidas de niños y jóvenes que no han podido más, que se han derrumbado bajo la presión, que han sufrido día tras día insultos y vejaciones por sentirse diferentes a lo que es considerado «normal» y «decente» y ese que, aunque en muchas ocasiones no acabe en un suicidio, deja huellas permanentes en la mente y el corazón de aquellos que lo han sufrido en sus diferentes formas, ya sea física y/o verbal. ¿Queréis crear personas así? ¿De verdad os sentís plenamente preparados para educar con esa mentalidad?
Algún día nos dejaremos de chorradas y aprenderemos a respetar a los demás sin quitarnos libertad mutuamente, ya seamos creyentes (de la religión que sea), ateos, agnósticos, homosexuales, heterosexuales, bisexuales, mujer, hombre, transgénero, altos, bajos, de cualquier raza y etnia, gordos, flacos, morenos, rubios, pelirrojos, teñidos, calvos, peludos, grandes, pequeños, veganos, vegetarianos…lo que sea.