Vaginismo

Inicio Foros Sex & Love Sex Vaginismo

  • Autor
    Entradas
  • ByNameLess
    Miembro
    ByNameLess on #94943

    Buenos días chicas,

    Hace tiempo que sigo Weloversize, vuestros posts me ayudaron a superar los inicios de la anorexia, han hecho que gane confianza en mi misma día a día, y el invierno pasado hubo un post de Doña Ex-vagina-cerrada que me ayudo mucho de nuevo https://weloversize.com/vida-sana/salud/si-el-vaginismo-se-supera/.
    Mi ginecóloga me diagnostico vaginismo el invierno pasado. En esos momento el mundo se me vino un poco encima porque sus primeras palabras fueron «Te recomiendo una sexóloga» y mi cabeza lo primero que pensó fue «¡Joder! Otro análisis psicológico, más sesiones, terapia…» y fui como alma en pena unos cuantos días hasta que leí el post, el cual me dio esperanzas, vi la situación un poco mejor y finalmente me arme de valor para ir con la sexóloga.
    Para resumiros, M., mi sexóloga y E., la fisioterapeuta del suelo pélvio que me trata; diagnosticaron que era un caso grave. Y si, cuando salí de la consulta me cague en todo lo que se menea y lo siguiente, pero bueno golpes más duros me han dado y aquí estoy, pisando fuerte.

    Una de las cosas que saque de la psicóloga que me trato la anorexia fue el escribir un diario de como me sentía, pensamientos, etc. Y con este proceso estoy haciendo lo mismo. Ya llevo meses de tratamiento y muchas páginas a modo de historieta escritas y hoy me armo de valor para empezar a compartirlas con vosotras, porque como escribió Doña Ex-vagina-cerrada «mi vida hubiera cambiado mucho si hubiese leído algo como esto hace unos años. Si con estas palabras puedo ayudar a alguna chica, aunque sea a una sola, a no tener que pasar por el calvario que yo he sufrido, me daré por satisfecha.»

    PRÓLOGO

    Sabia des del momento en que lo había recogido con mi coche en la rotonda al lado del paseo marítimo, que esa iba a ser la noche.

    Mis padres se habían ido una semana de vacaciones al sur de España. Tenía la casa para mi sola. La tarde anterior había ido a la esteticista, ergo no tenía un puñetero pelo en mi cuerpo que me hiciera sentir incomoda para bajar-me las bragas y lanzar el sujetador al aire.

    Y ahora las bragas se encontraban tiradas en algún lugar del suelo de mi habitación y el sujetador había terminado colgado de la cabeza del maniquí que se encuentra a los pies de mi cama.

    – ¡Aaah! – Un placentero gemido se escapa del fondo de mi garganta cuando Carlos chupa uno de mis pezones, mientras con su mano izquierda aumenta el ritmo y la presión con la que frota mi clítoris.

    Una pícara sonrisa se le dibuja en el rostro ante la reacción a sus estímulos.

    – ¿Estás preparada?

    Asiento con la cabeza y me muerdo el labio ante su falo totalmente erecto. << ¡Señor! ¿Eso tiene que caber ahí? >>

    Carlos rasga el envoltorio del preservativo y hábilmente desliza el condón a lo largo de su miembro.

    – Vale, tu tranquila. Si te duele mucho dímelo y paramos.

    Su sonrisa me conforta. Coge mi mano, yo cierro los ojos y respiro hondo.

    << Tranquila, todo va a ir bien. >> Hablarme a mi misma interiormente siempre me ha ayudado a autoconvencerme en muchas situaciones, a sacar valor y seguir adelante; pero en el momento en que el ardor empieza, cuando Carlos no ha introducido ni la punta de su pene, el miedo me invade.

    << ¡No! Esta vez no. >> Me digo. Me había reencontrado con el amor de mi infancia. Se había convertido en un hombre cariñoso, atento, teníamos muchísimas cosas en común…y no había salido huyendo en el instante en que le explique que era virgen. Es más, no me había forzado en ningún momento, dejo que yo llevara el ritmo, que decidiera hasta donde quería llegar en cada encuentro y cuando tuviera la confianza suficiente en él; diésemos ese paso juntos.

    Los gemidos de placer enseguida se convierten en pequeños sonidos de incomodidad y dolor.

    – Evita alzar las caderas ahora porque me estas echando fuera.

    Asiento, intento bajar las caderas y apoyar el culo en la cama. Respiro hondo. Carlos me besa, pone un poco más de lubricante en mi vagina y vuelve a intentarlo. Esta vez contra todos mis impulsos intento mantener el culo pegado en la cama y noto como muy poco a poco su miembro empieza a entrar en mí.

    – Eres muy estrecha.- Comenta con voz picara y yo le sonrió, pero la verdad es que yo ya no estoy nada excitada.

    Un dolor horrible ha empezado a invadirme, las piernas se me tensan y el dolor se convierte en escozor, y el escozor en un ardor inaguantable que me recorre y hace que empiece a llorar y a respirar mal. Ansiedad, me está dando un puñetero ataque de ansiedad.

    – Tranquila, ya está. Es el dolor de la primera vez.- Intenta calmarme al ver mis lágrimas.

    Había escuchado a mis amigas hablar de sus primeras veces a o largo de los años, del pequeño dolor que sentías al perder tu virginidad, de la sangre que te recorrería las piernas si tu himen no se había roto aún, pero…¡Y una mierda habían hablado de un ataque de ansiedad! Y tranquila, ¡Las narices!

    – ¡Para! – Chillo de repente.

    Carlos frena en seco, abre sus ojos como platos y retira de mi interior lo poco que ha podido introducir de su pene.

    – Si íbamos bien.

    – ¿Bien? Estoy teniendo un ataque de ansiedad… ¡Esto no es ir bien!

    – Vale, tranquila. – Sé que lo dice con la mejor intención, pero cómo me vuelva a decir «tranquila» lo hecho a patadas de la cama. – ¿Te había pasado antes?

    Niego con la cabeza, prefiero mentirle, porque solo puedo sollozar mientras intento recomponerme.

    Carlos me atrae hacia su cuerpo, me abraza, me da un beso en la nuca y nos quedamos así, sin decir nada hasta que paro de llorar. Una vez me he calmado, nos vestimos en silencio y evito a toda costa cruzar la mirada con él.

    – Te llevo a casa.- Son las únicas palabras que consigo articular.

    – Vale.- Es su respuesta. Ni siquiera me fijo en el tono de su voz, si esta triste, preocupado…Estoy en modo robot, no quiero pensar, no quiero sentir nada ahora mismo.

    El trayecto hasta su casa transcurre como si mi cabeza estuviera en una neblina constante. La radio de fondo y el tarareando mientras mira distraído por la ventana las estrellas.

    Cuando llegamos me da un rápido y fugaz beso antes de bajar del coche. Entra en su casa y cierra la puerta tras de si.

    << ¡Mierda!>>

    ¿Sabéis ese sexto sentido de bruja que tenemos las mujeres en ciertos momentos de nuestras vidas?

    Mi sexto sentido me dice que esta es la última vez que veo a Carlos.

    Responder
    Elena Devesa
    Superadministrador
    Elena Devesa on #94950

    Hola preciosa!
    Nos ha gustado mucho tu texto y creemos que puede ayudar a mucha gente. Si te apetece, escríbenos a [email protected]
    y así podemos convertir tus cosas en artículos oficiales de WLS (anónimos o como quieras)
    xxx

    Responder
    Señorita Caos
    Invitado
    Señorita Caos on #95003

    Me gusta tu texto mucho mucho

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 3 entradas - de la 1 a la 3 (de un total de 3)
Respuesta a: Vaginismo
Tu información: