Hace unos días, cuando os puse la receta del batido de zanahoria para después del gimnasio os dije que ni se os ocurriera tirar la pulpa de la zanahoria, que ahí está toda la fibra y aún nos sirve como ingrediente para preparar otros platos, sin ir más lejos cualquier puré de verduras como este de zanahorias y jengibre.
Pero como lo de las cremas y purés está ya como que muy visto, hoy le vamos a dar una salida más original que nos va a venir de perlas a la hora de preparar la cena, esa hora del día en la que sabemos que los carbohidratos en exceso no son recomendables pero que curiosamente es cuando más nos apetece meter algo en un trozo de pan y p’adentro, así que vamos a aprovechar la fibra de la zanahoria para hacernos un pan de zanahoria sin harina rico en protes y bajo en carbos. Y calma, que si no tenéis pulpa, también se puede hacer con zanahoria rallada :-)
Cómo hacer pan de zanahoria sin harina
La receta en sí es muy parecida a la que nos enseñó Elena hace unos días para preparar las tortitas de espinacas sin harina, solo que ahora nos vamos a complicar aún menos y vamos a preparar nuestro pan de zanahoria exprés en el microondas.
Lo que necesitamos para dos panecillos pequeños es:
2 claras de huevo pequeñas, 2 cucharadas de semillas de lino molidas, 2 cucharadas de pulpa de zanahoria o zanahoria rallada, ¼ cucharadita de levadura química tipo Royal, especias en polvo al gusto, una pizca de sal
Como suelo hacer el invento con bastante frecuencia, lo que hago es moler en un procesador de alimentos bastantes semillas de lino y las dejo en un bote hermético, así no tengo que ponerme cada vez que lo preparo y me ahorro cacharros que limpiar.
Por lo demás, es fácil, batimos las claras hasta que espumen tal como veis en la foto del paso a paso (en este enlace os cuento cómo hay que mover las varillas para que se forme espuma en un pispás).
Luego añadimos las semillas de lino molidas y la pulpa de zanahoria rallada, junto con la levadura química, la sal y alguna especia, mezclamos bien todo y echamos la mitad de la mezcla en un molde apto para microondas, aunque a mí por una cuestión de tamaño me resulta mucho más cómodo hacerlo en un bol del desayuno.
Cocinamos en el microondas a máxima potencia durante un minuto y si al sacarlo vemos que aún no ha cuajado del todo, lo metemos unos 15-20 segundos más hasta que esté. Desmoldamos y dejamos enfriar un poco para poder abrirlo por la mitad sin que se rompa.
Personalmente como más me gustan es dejándolos enfriar del todo -se enfrían enseguida- y metiendo cada rebanada unos segundos en la tostadora. Y lo sé, estáis pensando que menuda idiotez, dejarlos enfriar para calentarlos de nuevo, pero os explico, al meter las rebanadas en la tostadora cogen ese punto crujiente de pan que no se consigue en el microondas y da el pego mucho mejor.
Luego ya, lo de dentro, lo dejo a vuestra elección, yo esta vez le puse lechuga en juliana, pechuga de pavo, tomate con sal y lluvia de cilantro deshidratado.
