Quiero llevar una vida saludable, quiero alimentarme correctamente, quiero saber lo que como, quiero ir bajando de peso poco a poco, pero, sobre todo, ¡¡¡quiero patatas fritas!!!

french-fries_855

Si alguien me preguntase que cuál es mi comida favorita, le mentiría si no le contestase que lo que más me gusta comer en este mundo son las patatas fritas. De cualquier manera, con o sin salsa, solas o como guarnición, mientras sean patatas fritas, estarán buenas.

Pero son absolutamente incompatibles con mis metas de salud, pero absolutamente de «una patata frita más y explotas, guapa». Estoy en un (largo) proceso de cambio de hábitos que incluye, también, el cambio de hábitos a la hora de comer, y quiero que sea un cambio para toda la vida, no una dieta de «me quito las patatas fritas y las pizzas tres meses, pierdo diez kilos, y luego ya me pongo hasta el ojete si eso». Por eso, quiero que todos los pequeños cambios que voy incluyendo en mi vida diaria sean definitivos.

Y todos sabíamos que tarde o temprano este día tenía que llegar: ¡se acabaron las patatas fritas! ¡PARA SIEMPRE!

horror

Que no cunda el pánico, amigas de cintura ancha. Yo os traigo la solución para seguir comiendo sano y no prescindir de las patatas fritas. Con todos vosotros… ¡¡¡LAS PATATAS FRITAS AL HORNO!!! ¡¡¡¡SABEN A PATATAS FRITAS PERO NO ESTÁN FRITAS!!!! ¡¡¡¡¡¡¡MILAGRO!!!!!!!

Chris-Colfer-Glee-Hopeful

 

Patatas fritas al horno sencillas:

– Precalienta el horno a unos 200º.

– Coge tu patata (es imprescindible que la patata sea patata, patata, de la huerta, de toda la vida, no jodas la receta comprando patatas congeladas o mierdas así, porque vaya salud es esa), la lavas un poquito, y la pelas. Luego la cortas como prefieras (en tiras, rollo french fries o en capas finitas rollo chips) y vuelves a lavar tus patatitas cortaditas.

– Rocíalas con un pelín de aceite (un pelín, de verdad, un poquito solo. Las patatas que acabas de cortar no necesitan flotar en aceite. Y si tienes un fris-fris de estos de rociar aceite, mejor aún) y remueve para que llegue a todas las patatitas.

– Coge la bandeja de tu horno y cúbrela con un poquito de papel de horno para que no se te pegue todo (que luego hay que fregarlo). Coloca las patatas extendidas sobre toda la bandeja, mételas, y baja la temperatura a 180º.

– Se tardan en hacer unos 30-40 minutos. Depende de lo doraditas que te gusten. No obstante, a los quince minutos échales un ojo, ya que conviene removerlas un poquito para que no se quemen por un lado y luego por el otro nada.

– Finalmente: las sacas Y TE LAS COMES.

 

 

Patatas fritas al horno más elaboradas:

– Ingredientes: otra patata como la de antes (una patata por persona, por favor, no seas gorda), aceite, un limón, ajo en polvo, tomillo y pimentón (y sal al gusto).

– Lavas la patatita, la pelas y la cortas como te dé la gana, igual que antes. Pero ahora lo que vas a hacer es, una vez cortada, dejar tus patatas en un bol con agua caliente del grifo unos treinta minutos.

– A los veinte minutos pones a precalentar el horno a 200-225º

– Cuando hayan pasado los treinta minutos, escurres las patatas. Preparas una mezcla con dos cucharadas de aceite, el zumo de medio limón y las especias a tu gusto. Remueves bien y después impregnas las patatas con la mezcla.

– Vierte todo sobre una fuente para hornear y cúbrelas con papel de aluminio durante los primeros cinco minutos.

– Retira el papel de aluminio y continua horneando durante 20-25 minutos más, echando un ojo de vez en cuando y removiendo un poquito para que se hagan por todos los lados.

– Las sacas, las pones sobre un plato y ¡¡¡¡A COMER!!!!

 

 

CONSEJITOS:

– Tranquila, no te vuelvas loca del coño, tomar dos cucharadas de aceite es incluso bueno para ti. Que quieras adelgazar no quiere decir que te tengas que privar de los nutrientes que tu cuerpo necesita.

– No comas estas patatas fritas no fritas todos los días de tu vida. Que no estén fritas no quiere decir que tengan 20 kcal. Pero como capricho una vez por semana están genial.