Hace ya un tiempecito que vivo obsesionada con las berenjenas fritas con miel de caña. Sé que en el sur es algo clásico desde hace tiempo, pero en Madrid se ha convertido recientemente en la tapa de moda. Desgraciadamente por mucho que la base sean las berenjenas, es una receta que tiene poco de light. Como sabéis en WeLoversize nos gustan los retos y me dio por hacer una versión más sanita de esta deliciosa receta. De sabor queda impresionante, pero obviamente, olvídate del crujientito. ¿Te atreves igualmente? Allá vamos. Necesitas:

– Berenjenas.

– 1 bote de cerveza.

– Vinagre balsámico de módena.

– Miel.

– Salvado de avena micronizado.


berenjenas 1

El primer paso es cortar las berenjenas. Puedes elegir la forma que quieras pero la más eficaz es como mostramos en la imagen. Cuando las tengamos listas, echamos la cerveza en un bol grande y metemos la berenjena ya cortada. Este paso es muy importante, no solo cogen el sabor rico sino que conseguimos quitarle el amargor tan característico de las berenjenas.

berenjenas 2

Por la densidad de la cerveza, lo más probable es que los trozos de berenjena se queden flotando. Busca algo que pese para hacer presión y conseguir que queden totalmente sumergidas. Déjalas así un buen rato (una horita por lo menos), y después sécalas lo máximo posible con papel de cocina. Cuanto más secas mejor, ¡de verdad!

berenjenas 3

Cuando estén sequitas, llega el momento de pasarlas por salvado de avena. Quizás no se quede muy homogéneo, pero no pasa nada, tampoco es que estemos intentando hacer una obra de arte. Coloca los trozos rebozados sobre papel de horno en una bandeja y riégalos con un poco de aceite. Si usas spray, como yo, mejor hazlo desde lejos o lo único que conseguirás es que el rebozado salga disparado (true story).

berenjena 4

Mientras las berenjenas se hacen en el horno, hacemos la salsa. En mi caso le eché vinagre balsámico y miel, ni más ni menos. Elige las cantidades dependiendo de la densidad que quieras darle y ve probando mientras remueves. Tras unos 20 minutos en el horno (vigila que estén tostaditas), están listas para echarles la salsa por encima y dejar enfriar.

Como ya comenté, la textura no tiene nada que ver a lo que puedes encontrarte en un restaurante, pero de sabor están impresionantes y se trata de una receta sana que puedes hacer sin remordimientos.