Las fajitas son la versión exótica de los sándwiches, y esto es una verdad casi absoluta en mi cabeza. Cuando busco una cena diferente, un poco guarra y facilona muchas veces opto por las fajitas porque algo tiene el tema del enrollado que me vuelve loca. Y si tengo una celebración con los coleguitos también los preparo porque  se hacen muy vistosos y al admitir tantas combinaciones es difícil que a alguien no le guste. Por eso os traigo una versión un poco más sana, en la que cambio la tortilla de trigo por una hoja de lechuga reduciendo al máximo las grasas y consiguiendo una opción muy nutritiva.

  • Contamos con las pechugas de pollo, que nos aportan proteínas a cascoporro y nos ayudan a hacer los músculos más fuertes y a saciarnos más.
  • Con los pimientos ayudamos a nuestro sistema digestivo a funcionar mejor y además tienen antioxidantes que nos permiten reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
  • El queso bajo en grasas es una fuente de calcio tremenda y además de luchar contra distintas enfermedades óseas fortalece el sistema inmunológico.
  • Y por último la salsa de yogur, que además de ser muy ligera y tener un aporte calórico reducido, contiene limón, compuesto de agua en su mayoría que favorece la depuración del cuerpo.

Y lo mejor es que estas fajitas, aun siendo tan sanas y ligeras, tienen buena pinta, ¿no? ¿A que queréis saber cómo se hacen? Aquí abajo tenéis la receta.

fajitiña

Ingredientes (para 2 fajitas):

  • 1 pechuga de pollo pequeña entera
  • 1/4 pimiento rojo
  • 1/4 pimiento verde
  • 2 hojas de lechuga
  •  1 diente de ajo
  • 1 yogur griego natural sin azúcar desnatado
  • Zumo de 1 limón
  • 1 pizca de sal

Instrucciones:

  1. Empezamos preparando la salsa  picando bien el ajo y exprimiendo el limón. Lo ponemos todo en una taza junto con el yogur y la sal, removemos bien y refrigeramos.
  2. Ahora toca lavar bien la lechuga. Ya sabéis, agua, vinagrito y a quitar la tierra/bichos/bacterias/cosas malas.
  3. Cortamos el pimiento en tiras ni muy gordas ni muy finas.
  4. Cortamos la pechuga de pollo, primero por la mitad y luego hacemos tiras gorditas. Les ponemos un poco de sal y pimentón agridulce a modo de adobo rápido.
  5. Salteamos el pimiento en una sartén con muy poco aceite y añadimos el pollo con medio vaso de agua que dejaremos que se evapore unos minutos.
  6. Montamos nuestra fajita poniendo sobre la hoja de lechuga lavada, brillante y estupenda el queso, el pollo, los pimientos y la salsa. Cerramos y para que se nos queden bien bonitas las atamos con hilo de cocina. Tranquilos, tenéis el paso a paso aquí debajo para que veáis cómo se montan.
    ​  ​
    fajita3

Consejos:

  • Me atrevo a decir que cualquier lechuga es válida para esto, en este caso he usado lechuga iceberg por el tema de ser de hoja lisa y fácil enrollado. Si buscáis una presentación bonita, id a por este tipo, pero si os da igual podéis usar la lechuga rizada y quede un poco más salvaje.
  • He usado pimentón agridulce ahumado para el pollo porque soy una loca del pimentón en general, y más del agridulce. Si no lo tenéis, podéis mezclar un poco de dulce y picante, o directamente no usarlo y poner lo que más os guste, como pimienta negra o ajo molido.
  • El truquito del medio vaso de agua es porque así los pimientos y el pollo se quedan más tiernos sin necesidad de usar más aceite para que pochen; ya sabéis que el aceite de oliva es maravilloso pero también muy grasoso y no conviene abusar de él, por eso en este tipo de cosas hago estos apaños para conseguir la misma textura pero con menos grasas.
  • Obviamente, hay que conservar la salsa en la nevera bien tapada, ya sea en un mini tupper, o en un biberón, o donde queráis, pero tapada. Yo no la consumiría pasados ocho o diez días. Y bueno, si os huele raro o cambia de color, no la uséis para nada más que para tirarla a la basura.

fajita4

 

Ya sabéis, si las probáis podéis contarnos cómo os han salido en los comentarios, en Facebook o en Twitter, ¡os encantarán!