Empece a leer esta página y vi la cantidad de chicas que hay acomplejadas por su peso y decidí escribiros para que sepáis que no en todos los sitios se consideran a las chicas gordas como algo malo. La primera vez que alguien me llamó gorda y no utilizó algo como caderas anchas, entrada en carnes o algún otro seudónimo sacado del mismísimo infierno fue en mi primer entrenamiento de rugby.

 Yo llegué como muchas otras sin tener ni puñetera idea de lo que iba el rollo y simplemente por hacer un poco de deporte. Después de tirar trescientos balones al suelo y sin ser capaz de hacer ni una sola flexión nos dividieron en dos grupos. Debo de decir que pese a que no cogía ni un balón jamás ninguna de mis compañeras me dijo nada negativo, todo era «A la próxima fijo que lo coges», «Al principio es muy difícil», «Tú tranquila que todas fuimos novatas y tiramos balones».
tumblr_mx7881oSQw1s24qdco1_500
Tampoco me quedé como la última en el colegio para elegir, es más el entrenador hizo un simple: delanteras a un lado, tres cuartos al otro. Yo sin tener ni idea de qué era un tres cuartos, levanté la mano y le pregunté al entrenador «Disculpe ¿yo dónde voy?». Él me miró dos segundos y señalando con el dedo me dijo «Tú con las gordas».
Imaginaos mi cara cuando un hombre al que no conocía de nada me llamaba gorda de esa forma tan gratuita. Sin embargo cuando fui con mi grupo de gordas, todo fueron vítores y enhorabuenas. Todas me decían que ser gorda era lo mejor del rugby, nosotras hacíamos la parte divertida dar las hostias, mientras que las delgaditas tenían que correr.
En rugby existe el «Soy una gorda y me encanta serlo». Jamás verás a una tres cuartos que no suspire con ganar unos kilos e irse con las gordas.
Rugby es ese mundo paralelo donde cuando haces bien tu trabajo de emplear todas tus lorzas para repartir caña, te recompensan con cerveza y comida en cantidades industriales. Rugby es ese sitio donde oyes lloriquear a compañeras porque han perdido peso o porque quieren ser flankers (las gordas menos gordas) y no consiguen ganar kilos.
Así que amiga gorda si algún día quieres hacer deporte y que no te discriminen sino que te quieran por tus lorzas: apúntate a rugby y sé feliz.

Autor: Irene Maes