Mi relación de amor con Walden Farms comenzó un día por casualidad cuando me dirigía tranquilamente a la cocina para desayunar y siempre lo primero que hago es abrir la nevera y preguntarme -¿ hay alguien ahí?- normalmente nadie me contestaba, pero ese día me contestó en forma de botella una deliciosa salsa de yogurt. La cinta de medir amarilla que rodeaba la botella y las letras en negrita que me gritaban «CALORIE FREE» hicieron que me fijara en ella, la cogí con los ojos como platos y procedí a abrir . La olí y luego pregunté en alto  ¿quién ha comprado esto? La respuesta vino seguidamente  desde el comedor con voz de madre canaria, que es muy peculiar porque esta voz es siempre en forma de grito, aunque sea de buen rollo, era de mi hermana. ¿ Qué pasa cuando las cosas son de tu hermana mayor? Que como llevas veintiséis años acostumbrada a que te abra las cosas y utilice tu ropa aún con etiquetas, dices…me da igual y esta es la mía.

Y sí, la abrí, la probé y me atiborré de ella en un simple sandwich de pavo con queso calentito, y estaba increíblemente deliciosa. Mientras disfrutaba del manjar, no dejaba de preguntarme cómo podía ser posible qué una salsa fuera cero calorías estuviera tan rica, tenía que investigarlo, así que me puse mis gafas de nerd y manos a la obra.

 Tras investigar un poco obtuve la siguiente información que aunque me resultó difícil de creer, era y es real que la  empresa encargada de la realización de las salsas Walden Farms  había dado con la fórmula para crear este tipo de productos con cero calorías, azúcares, hidratos de carbono o gluten y lo mejor de todo era que  no solo habían creado esa deliciosa, sabrosa, agradable, suprema salsa de yogurt hallada en mi nevera, sino que ofrecían una variedad de salsas de lo más apetecible en sabores para ensaladas,  siropes para los postres o desayunos, mermeladas, salsas para carne como la barbacoa o para pasta como la Salsa Alfredo con sabor a queso parmesano.

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Una vez más me encontraba ante el hallazgo de la nueva panacea de mi vida culinaria.  Y es que si lees la etiqueta de los productos encuentras rápidamente la respuesta, porque dicen *Puede contener trazas de calorías y es que por lo que he leído en EEUU si un producto tiene menos de 5 calorías por la porción indicada es considerado como cero calorías. Eso quiere decir que estas deliciosas salsas tienen al menos de 3 a 4 calorías por porción, casi nada, y menos de 1g de hidratos de carbono, grasa o azúcar, aún así sigo preguntándome cómo lo consiguen hacer.

Cómo lo han hecho, NI IDEA, creo que es la pregunta por excelencia que se ha hecho cada persona que ha tropezado con estos productos y que por supuesto si alguien lo descubre que me llame.

La única pega que les puedo encontrar es su alto contenido en sodio, por eso recomiendo que su ingesta sea moderada, vamos, que no nos atiborremos porque veamos que no cuentan calorías, como hice yo con la primera botella que ocupó lugar en mi nevera, porque la verdad es que por lo demás están muy ricas y nos podemos confiar y abusar.

Si queréis comprarlas, lo podéis hacer a través de internet, como lo hago yo, en la página de Walden Farms o también  en tiendas de suplementos alimenticios. Yo prefiero la página, ahora que me pregunto el por qué, creo que es por simple costumbre y que nunca me han fallado, también os recomiendo que probéis y saboreéis  el sirope de chocolate, que aunque es un poquito líquido es pura golosina , las mahonesas, digo «las» porque tienen varios sabores y entre su perfecta consistencia y sus acertadas mezclas en sabores, las querréis probar todas. La salsa césar para ensaladas o burritos de pollo con canela… Aunque después de un año de descubrimiento, fase de investigación y por supuesto fase de prueba de cada salsa, acabaréis con una de cada en la despensa.

¿Quién se anima a hacer el primer pedido?