Que sí señoras, que las treintañeras estamos muy pichis en nuestros 30 pero nos van a caer los 40 sin darnos cuenta. Y es que dicen que de los 30 a los 40 es un abrir y cerrar de ojos, por eso hemos estado pensando en todas las cosas que nos gustaría hacer antes de cambiar el 3; pero no cosas cualquiera, cosas que son saludables y que muchas pasamos por alto porque no somos conscientes de la edad que tenemos porque nuestro físico todavía sigue tirando jajaja

– Andar: que sí, que tú te vas de compras y crees que con eso cuenta. Pero no, lo que nosotras hablamos es de caminatas de unos 5 kilómetros al día y rapiditas. Si es que seguro que tu madre o tu abuela caminan más que tú, y lo sabes. La excusa es el poco tiempo que tenemos entre semana, salimos del curro y nos vamos a casa o de cañas con los amigos, pero no encontramos el momento de pensar en nosotras y nuestro futuro. Proponte cosas a corto plazo, empieza por un día a la semana. Puedes volver del trabajo a casa caminando y si te cansas pillar el transporte público, lo importante es intentarlo.  Y ojo, que no es por adelgazar, es por tener mejor salud y pillar el gustillo por cuidarnos.

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– Ir a revisarte la vista: ¿cuántas de aquí trabajáis delante del ordenador? Mogollón, ¿no? ¿Y cuántas de vosotras os habéis revisado la vista en el último año? Aunque no lleves gafas tienes que empezar a mirarte esas cosas. Si tienes la vista «cansada», en El Instituto Superior Ocular y a través de un estudio personalizado y un examen visual, te ofrecerán las lentes progresivas que mejor se adaptan a ti y a tu ritmo de vida. Si tienes que alejarte para leer algo, si tienes dificultad para leer en ambientes con poca luz, si te duele la cabeza después de la jornada laboral,… vete a mirarte la vista, lo agradecerás. Si tienes dudas sobre alguno de los síntomas de la vista cansada, ponte en contacto con ellos y estudiarán tu caso. ¿Cómo lo hacen? Tú te registras en la página, ellos entran en contacto contigo y agendan un examen de la vista en una óptica más cercana a tu casa, te haces las gafas y en pocos días podrás pasar a recogerlas a tu óptica más cercana asociada al Instituto Superior Ocular.

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– Cremas faciales: no hace falta que te pongas cremas para evitar las arrugas. No somos de esas. Póntelas porque la piel tiene que enfrentarse a mil mierdecitas a diario (polución sobre todo) y tenemos en la cabeza que las cremas para la cara son para las mujeres con arrugas. No podemos estar más equivocadas. Igual que te pones tu bodymilk cada vez que sales de la ducha para notar tu piel más hidratada haz lo mismo con tu carita.

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– Revisión ginecológica: no falles a tu cita anual con tu ginecólogo. No falles porque hoy en día (gracias a Thor) tenemos una vida sexual bastante movidita y, aunque utilices métodos anticonceptivos, puedes pillar muchas guarradas por ahí. ETS que podrían empezar a llamarse Enfermedades Tinderianas, porque ya sabemos que Tinder es el sitio TOP si quieres un pinchito. Además de eso, hay que aprender a mirarse bien el pecho y tocarse a una misma para evitar sustos. ¿Qué mejor que tu gine para enseñar cómo debes tocarte para saber si tienes un bulto?

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