Como todas las que tenemos tendencia a engordar, en mi vida me he puesto a dieta unas 4,528,912 veces. Algunas con mayor éxito que otras pero todas con un denominador común: mi obsesión por la báscula.

Es curioso, cuando no te estás cuidando te olvidas de que existe y puedes pasarte meses sin tener idea de cuánto pesas. Es probable incluso que si sabes que te estás pasando con la comida, te entre el pánico de solo pensar en subirte a una de ellas. Sin embargo, es empezar a controlar lo que comes y automáticamente necesitar ver los resultados en algún aparatito. Queremos la palmadita en el hombro constante en forma de numeritos que van bajando. Algo así como ‘no me he comido ese pastel pero mira, ha merecido la pena porque ahí van 300g menos’.

Cuando vivía con mi hermana llegué a pedirle que me la escondiera para ponerla en el baño tan solo 1 día a la semana. Suena un poco a loquer pero seguro que no soy la única que ha llegado a hacer algo así.

¿Cómo saber si tu fijación por esa maldita pesa es ya una obsesión?

  • Te pesas varias  veces al día.
  • El número que veas en la báscula determinará tu estado de ánimo para ese día. Si el número que ves no se corresponde con lo que creías, llorarás por las esquinas y te desanimarás, factor TERRIBLE para la estabilidad mental y el seguimiento de una dieta normal. En mi caso solía pensar ‘pues hoy me como lo más grande, total, me estoy matando a hacerlo bien y no sirve de nada’. ERROR.
  • Te sabes los kilos y los gramos al dedillo. Tú no pesas 80k, pesas 80,650g.

Creo que una obsesión de este tipo viene dada por unos motivos erróneos por los que hacer dieta. Una báscula jamás te indicará tu nivel de salud o lo bien que te quedan unos pantalones. ¿No son estas dos motivaciones bastante más interesantes que un número? Un número que además depende de tantísimos factores. Todos sabemos que hay gente que aparenta pesar muchísimo más de lo que indica su báscula y viceversa.

En mi caso, ahora intento pensar que hoy peso menos que ayer y un poco más que mañana. Ni tan siquiera tengo báscula en casa. Me fijo más en cómo me queda la ropa, me miro más al espejo. Sobre todo porque mi intención no es llegar a un número concreto, sino al momento en el que pueda mirarme y decir ‘nena, estás que lo rompes’. ¿Qué más da si eso son 60 o 75?

Ningún comportamiento obsesivo es bueno, y actitudes como esta pueden ser precisamente las que nos han llevado a tener sobrepeso en otro momento de nuestras vidas. Pero eso es otro cantar del que hablaremos próximamente… <3

Pd: seguro que algún espabilao viene a decirme que vaya hipocresía que en WeLoversize hablemos de perder peso. Pues que se lea esto.