Hace unos días os conté que tenía un reto en mente, y ese reto es ni más ni menos que bajar 25kg (o 20, dios dirá, y gracias a los cuales seguiría siendo gordi, pero menos). ¡Oh sorpresa, una gorda que quiere adelgazar!

Podría ser una mujer con sobrepeso más que se ha propuesto bajar unos kg, pero claro, soy una de las jefas de WLS y eso hace que recaiga sobre mi una responsabilidad especial por culpa de la cual me siento obligada a dar explicaciones por cada cosa que hago o decido. Más todavía si eso tiene que ver con los kg que peso.

A estas alturas de la película ya sabéis que mi físico no es ningún impedimento a la hora de quererme, gustarme, y hasta vestirme. Mi vida actual es bastante maravillosa: tengo el  curro de mi vida, una familia sana que me quiere, un novio cuasi perfecto y un armario lleno de ropa.

Mi alimentación es equilibrada, lo es desde hace ya mucho tiempo, y hace un año conseguí por fin engancharme al deporte. De hecho, me enganché tanto que acabé por lesionarme y hace casi 12 meses que voy coja por la vida. Tengo la fascia del pie inflamada y el dolor asciende por el tobillo hasta el gemelo y llega hasta la parte posterior de la rodilla. Haga lo que haga, la inflamación no desaparece y el dolor ha llegado a impedirme que realice una vida normal, puesto que el mero hecho de salir a la calle hace que vuelva coja y dolorida.

En este año lo he intentado todo. Me hicieron todas las prueba pertinentes, visité fisios que me dieron masajes, podólogos que me pusieron plantillas, hice rehabilitación durante semanas y hasta me realicé infiltraciones. Estas últimas me alivian temporalmente, pero pasado un mes el dolor regresa y vuelta a empezar.

Mi traumatólogo de cabecera es un crack y además majo como él solo. Desde el principio me dijo que la lesión no tenía nada que ver con mi sobrepeso pero que este sí era un impedimento que no favorecía en absoluto la curación. Estuvo meses tratando de solventar el problema con otros métodos, pero en mi última visita y tras ver que el dolor persistía, su diagnóstico fue claro: cada kilo que bajes será un alivio para tu pie y favorecerá que la lesión remita. 

A lo largo de este año de limitaciones físicas he recuperado los 10kg que había bajado gracias al deporte y mi ansiedad se ha multiplicado x 1000. Así que las palabras del traumatólogo fueron el empujón definitivo para plantearme un cambio más estricto de hábitos que me ayudase a bajar unos kg y conseguir al fin curar esta cojera que me trae por el camino de la amargura.

Como os comenté, mi alimentación ya es bastante saludable de por si. No como fritos, ni rebozados, ni bollos, ni chocolates, ni grasas saturadas desde hace siglos. Así que para bajar la friolera de 20-25kg necesitaba un plan de choque que en mi caso ha consistido en decir adiós al menos temporalmente al azúcar  (al que todos estamos enganchados, sí, tú también, porque hasta las lonchas de pavo esas ‘tan sanas’ que compras en el supermercado lo llevan o el pan integral tan morenito que desayunas).

Lo que quiero decir es que desde WeLoversize siempre hemos dicho aquello de ‘disfruta de lo que tienes mientras trabajas por lo que quieres’. Y en mi caso lo que quiero es dejar de estar coja, así que me tengo que poner manos a la obra para conseguirlo, y si esto implica perder peso, pues voy a por todas. Como secreto os cuento que me gustaría ser mami de aquí a pocos años, así que todos los kilos que pierda serán también un plus en esta materia… ¡que ya sabemos cómo se ponen los ginecólogos con nuestras lorzas!

Lo que Rebeca y yo (y todas las Loversizers) queremos, es darte fuerza para confiar en ti misma y que cumplas así tus sueños. Y si lo que te pide el cuerpo es bajar unos cuantos kg, aquí nos tienes. ¿Me acompañas? <3

PD: a ver qué dicen ahora todos esos que aseguran hacemos apología de la obesidad XD