Cita 1, cita a ciegas, conexión desde el minuto 0, hablamos de todo, se nos pasó el tiempo volando. De ahí, y seguir conociéndonos, 4 meses, y esos días, una maravilla. Descubriendo, y explorando y hablando. Quién nos lo iba a decir, pero pasó, surgió un amor real y enorme.
Nos fuimos a vivir juntos, para qué perder tiempo cuándo te entiendes a la perfección.
La vida no puso piedras, enfermedades, etc…
Pero nos queremos y lo superamos.
Buscamos bebé, porque nos lo pedía el alma. Costó, fue in vitro y único embrión que quedó a salvo.
A todo eso guerreando con el sistema burocrático a varios niveles, pero como siempre, lo superamos. Hablando, queriéndonos y respetándonos.
Vivimos años felices a pesar de las dificultades.
Y de repente mi padre muere, mi padre y amigo del que es mi marido, una persona carismática, familiar, noble y el mejor padre que se puede desear. Un palazo gigante.
Y con mi marido, apoyándome siempre siempre.
Nos queremos casar, viene la dichosa pandemia, el confinamiento, y le detectan un puto cáncer, con dolor. Pero luchamos lo más grande, y en eso estamos, luchando. Y nos casamos en plena pandemia, ceremonia civil y con la familia más allegada, un día especial y precioso.
Todo parecía ir bien, hasta que nos dicen que no, que se ha descontrolado, que no saben que va a pasar, que no es operable, y seguimos luchando, si saber que va a pasar, que bueno bueno no será, por lo menos del todo. Pero seguimos a la guerra y hablando con excelentes profesionales para que nos ayuden a todos los niveles.
Y llegó un momento de inmenso dolor, ingreso en paliativos,se iba, él luchaba, pero su cuerpo no podía más, y lo que más rabia me da es el dolor que sufrió, no se lo merecía. Mi amor nos dejó y lo único que me consuela es que ya no sufre, y que tengo a nuestro tesoro.
Es muy duro, es muy amargo, le echo de menos cada minuto. Pero está el peque, y él se merece tener a una mami que le haga sentir seguro y ser feliz.
Lo importante: quererse, darle importancia a las cosas que realmente lo tienen, hablar, llorar y volver a querer. No invertir energía en cosas que no valen la pena. Disfrutar cada momento bueno y asesorarlo.