Ironía es que con 15 años no tuviese ni un sólo grano en la cara y ahora, que tengo 25, parezca una paella humana. Después de asumir que el acné no siempre desaparece con la edad y tras visitar al dermatólogo descartando cualquier causa hormonal, me di cuenta de que el único remedio para mi caso era llevar una higiene digna de un cirugano y cuidar todo lo posible mis hábitos. Parece que todos mis truquitos funcionan, porque mi piel está mejor de lo que ha estado en años. Por eso he decidido recopilar todos los consejos y productos que me han ayudado a mantener mis brotes a raya y a mejorar el estado de mi piel.

  • Empecemos por lo típico pero más importante: bebe agua. Es un coñazo si no estás acostumbrada, pero para tener una piel nutrida y sana hay que hidratarse desde dentro. Os prometo que bebiendo un litro de agua al día mi piel está MUCHÍSIMO más luminosa y los granos se han reducido un montón.
  • Si el agua es la regla de oro, desmaquillarte SIEMPRE es la de plata. Nunca te vayas a la cama sin lavarte la cara o quitarte los restos de mierdecilla que se acumula durante el día. Si lo haces, taponarás los poros y propiciarás la acumulación de bacterias, sebo y porquería. En consecuencia saldrán puntos negros y granitos.
  • Una vez a la semana, exfoliate. A mí me gustan los exfoliantes con gránulos muy finitos porque son menos abrasivos para mi piel y hacen el mismo efecto. De todos modos no me gusta abusar porque la piel se desensibiliza un poco y sufre.
  • Hidrata tu piel. Es un error muy común pensar que como la piel acneica produce más grasa, no debemos hidratarla. Pues todo lo contrario. Si tienes la piel reseca, producirá más grasita para compensar y te saldrán más granos. Eso sí, encontrar con una buena crema puede ser un trabajo dificil, y sino que me lo digan a mí que he probado de todo.

Y sí, lo más básico y lo que todas sabemos es que hay que beber agua, desmaquillarse, limpiarse e hidratarse. La pregunta del millón es con qué productos. Aunque cada cara y cada piel es un mundo, he recopilado todos los productos que a mí me maravillan y que suelen triunfar cuando los recomiendo.

  • Aceite de arbol de té: yo lo compro en el herbolario de mi ciudad, pero podéis encontrarlo también en grandes superficies como el Mercadona. Para usarlo, impregno un poquito en un bastoncillo y me lo aplico justo en el grano (tanto cuando ya ha salido como cuando noto que va a crecer). Mano de santo. Los seca en un periquete. Aun así os aviso de que el olor es fuertecito.

  • Hidratante de salvia para piel grasa de Martina Gebhardt: es mi hidratante facial preferida sin duda alguna. Me la suelo poner de noche porque deja la piel un poquitín grasa. Este efecto se debe a la cantidad de ingredientes naturales que tiene, entre ellos algún que otro aciete. Que no os engañe la textura, porque ha conseguido reducir al mínimo mis brillos y mi acné.

  • Exfoliante de rosa mosqueta de Ziaja: tiene unos gránulos muy muy finitos y desincrusta fenomenal la mierda de la cara (perdón por no ser fina, pero es la verdad). Deja la piel súper suave y no es agresivo, así que no irrita nada mis zonas más sensibles.

  • Tónico de ácido glicólico de The Ordinary: lo uso cada tres días o así, extendiendomelo por la piel con un algodoncito. Es cierto que reseca un poco y por eso no recomiendo usarlo a diario, pero para el acné es mano de santo, así os lo digo.